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Columna
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El problema de Gaspar

El Ayuntamiento de Madrid ha perdido este año la oportunidad de enseñar a los niños que en lugar de Gaspar puede venir su mujer a traer los regalos. No ha perdido en cambio la ocasión de demostrarnos de qué modo, unos y otras, se toman en serio lo banal para convertirlo en cosa seria. Y es que los concejales de Madrid también se hacen como niños: les gusta jugar a Reyes Magos y discutir entre ellos por ser o no ser el rey Gaspar, pelea en la que el PP le ha ganado esta vez a IU. Ha bastado que el concejal de esta formación, Julio Misiego, se hartara de llevar la corona y disfrazarse de monarca, para que a los líos que se le presentan a la concejal de las Artes en la organización de su cabalgata real se añadiera el problema de no contar ahora con Gaspar. Y como quiera que Gaspar era aquí el más rojo de los tres, por reparto municipal, a Inés Sabanés le tocó tratar de resolver el problema entre los cuatro ediles de su coalición, bien repartidas sus poltronas a iguales entre hombres y mujeres, y al no conseguirlo, el PP resolvió que el Gaspar de este año fuera de derechas.

No logró Sabanés convencer al otro varón que le quedaba, Justo Calcerrada, para que abandonara las legítimas razones ideológicas que argüía con el fin de no enfundarse la corona de Gaspar, y no sé si en consecuencia le pasó por la cabeza la idea de ser ella misma la coronada. Si le pasó la rechazó al instante, porque dijo que a los niños les iba a parecer un tanto extraño ver a una Gaspara y no a un Gaspar, como si éste hubiera decidido de pronto un cambio de sexo.

Pero ya hay muchos niños que descubren, no que los Reyes Magos son los padres, sino que son las madres. Los niños de ahora están muy abiertos a nuevas situaciones, y con los pasos decididos que van dando las mujeres en la conquista del poder no va a ser raro que donde hoy son sólo la mitad sean pronto la totalidad, de modo que la concejal de la cabalgata, que conoce por su casa la capacidad de transformación de los actores, pues hija es de Nuria Espert y Armando Moreno, tendrá que emplear las artes de familia para que las reinas hagan de reyes o para que vengan de Oriente.

Una idea esta última que entusiasmará a la portavoz del PSOE, Trinidad Jiménez, aunque su disfraz de Baltasara ofrezca más dificultad, ya que a su partido le toca el rey negro, tanto por el color como por la abundancia de los labios. Quizá pensó en ella el poeta andaluz Pablo García Baena cuando escribió el villancico con el que la Fundación Caballero Bonald ha felicitado el año: "Pasa el Rey Don Baltasara, / chirimía y algasara / con nuestros primos del Congo, / mambo y bongo, / asándar de Tombutú".

Pero harían mejor los socialistas si en las próximas elecciones colocaran una negra de verdad en la lista para cuando llegue enero: "Dime, amiga, / ¿seré negra pa Jesús? / ¿No es lo tinto la hermosura? / Oscura es la Virgen Pura / y el Niño de Cañadú, / miel morena". Al PP le tocaría en ese caso designar a una anciana para que Melchora, la más longeva de las tres, siguiera recordando al viejo rey, aunque sin barbas y con el pelo cardado. Pero el reparo ideológico de Calcerrada podría surgir igual entre las candidatas a Gaspara. Y para eso sí que no hay solución a los quebraderos de cabeza de la buena de Sabanés, aunque espero que a los niños de los militantes de IU no se les desilusione por estricta observancia ideológica.

Siempre será más fácil que los niños accedan al cambio de sexo de los Magos que lograr que renuncien a la magia de los Reyes por ideologías. Por mucho que en el imaginario infantil del concejal Calcerrada esté la alternativa de Papá Noel, que es el que le lleva todavía los juguetes a Bush, y no Melchor, Gaspar y Baltasar, que serán muy españoles, pero al parecer plantean problemas a un maduro republicano de aquí. Tampoco está claro que fueran reyes, y en todo caso eran más magos que reyes, si bien no faltan razones ideológicas que también excluyen su magia con todo derecho. Ni siquiera parece comprobado que fueran sólo tres, con lo que de aclararse que eran unos cuantos más no sólo aumentarían los motivos de la Corporación para divertirse, los del PP para hacerse con más coronas sin necesidad de ponerle trabas a IU, y los de todas las formaciones para establecer sus cuotas de reyes y reinas, sino que le darían a la concejal Moreno nuevos motivos de vistosidad para la caravana real. Una caravana en la que podría figurar de pregonero, con su buen humor, el poeta García Baena: "Negra, vente pa Belena / ¿Pues qué pasa Magalena? / Pasa el carnaval de Río, / samba y frío".

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