_
_
_
_
Reportaje:RALLY DAKAR | La playa de Castelldefels abre la carrera

La victoria no puede esperar

Isidre Esteve, máximo aspirante español en motos, y Marc Coma sólo temen las tormentas de arena, que hacen perder las referencias

En su historial figuran un cuarto puesto (2001) y un quinto (2002) en el Rally Dakar. A sus 32 años, Isidre Esteve atesora algo indispensable para optar al triunfo final: experiencia. Sabe lo que es navegar en las peores condiciones y conoce los secretos del desierto. Es el más notable candidato español a la victoria en motos tras el pase de Nani Roma, el vigente campeón, a los coches y el desgraciado fallecimiento del francés Richard Sainct en el Rally de los Faraones. Marc Coma y él son los dos pilotos en los que confía el equipo oficial KTM Repsol para llegar a la capital senegalesa en lo más alto del podio.

"Tras la victoria de Roma, todos nos exigen que ganemos", asegura Esteve, nacido en la Seu d'Urgell. "No es nada fácil, pero hemos trabajado muy bien con el equipo y en la carrera debe salir lo que sabemos hacer. Si no hay imprevistos, estoy convencido de que conseguiremos un buen resultado". No se atreve a hablar de la victoria. Hay otros pilotos que están en el póker de aspirantes: Cyril Despres, Fabrizio Meoni, Alfie Cox y el mismo Coma.

Más información
La caravana del rally Dakar se despide de Barcelona y llega a Granada

No es una afirmación gratuita. En los grandes raids que se han disputado este año, Esteve ha ganado en Marruecos y en Dubai mientras que Coma concluyó el segundo en Marruecos y en Túnez y ganó en el Bajo Aragón. "Ahora todo es muy distinto", rememora Esteve, que debutó en el Dakar en 1998; "entonces íbamos con mucha ilusión, pero sin medios. Me apoyaba un grupo de 20 pequeños empresarios de Lleida y el objetivo era llegar a Dakar. Así justificaban su viaje. Ahora, en cambio, estoy en la mejor estructura oficial. Lo tenemos todo: mochileros de lujo [Giovanni Sala y Jordi Durán], mecánicos, camiones de apoyo, las mejores motos y la ayuda de expertos como Jordi Arcarons".

Desde que en 2000 la marca alemana BMW abandonó su proyecto en el Dakar tras la segunda victoria consecutiva de Sainct, KTM se convirtió en la mejor moto para afrontar el desierto: ha ganado las cuatro últimas ediciones con Meoni (2001 y 2002), Sainct (2003) y Roma (2004). "La moto es fundamental", asegura Arcarons, el hombre que marca la estrategia del equipo; "sin embargo, con eso no basta. Para ganar hace falta, además de ser un gran piloto, tener unas dotes de orientación y navegación que no todo el mundo posee. En eso hemos estado trabajando. Y ahora tanto Isidre

como Marc saben ir solos, siguiendo su libro de ruta. Hay muy pocos pilotos capaces de hacer eso. Se cuentan con los dedos de una mano. Y son los que ganan. Los demás siguen roderas o necesitan ver a alguien para saber por dónde van".

Arcarons, con 16 participaciones y cuatro segundos puestos, afirma que el ganador del Dakar no es el más rápido, sino el que sabe encontrar el mejor equilibrio entre la velocidad justa para salvaguardar su moto y para no perderse. "Hay que ser rápido. Pero a veces hay que ser conservador, esperando el momento para lanzar el ataque", explica; "hay pilotos que salen atacando, pero se descartan a sí mismos. Eso le ocurrió a Roma varias veces hasta que fue el número uno sin necesidad de ir siempre con el gas a tope: supo ir solo con su libro y no necesitó seguir y atrapar a otros. Ésta debe ser la filosofía".

La navegación se complica porque cada vez hay menos puntos de referencia para los pilotos. "Debemos valernos con el libro de ruta, con un tripmaster [marca los kilómetros corridos], un repetidor [brújula digital vía satélite] y un GPS restringido que sólo te indica la dirección recta hasta los controles de paso", asegura Coma, que, a los 28 años, lleva ya tres rallies; "en una etapa de 300 kilómetros pueden darte ocho puntos de referencia del GPS".

Lo más terrible es encontrarse con una tormenta de arena porque se pierden todas las referencias. "Puedes tener un piloto a 150 metros y no verlo. Desaparecen las montañas, las dunas, las ruinas, las piedras que están indicadas en el libro de ruta... Estás tú solo", relata Esteve. Una tormenta de arena obliga a disminuir la velocidad hasta los 130 kilómetros por hora cuando la máxima es de 190. Es uno de los inconvenientes del Dakar que deberán salvar Esteve y Coma para lograr su gran objetivo: un triunfo que no puede esperar.

Coma, Arcarons, Esteve y Durán, en la Rambla de Cataluña.
Coma, Arcarons, Esteve y Durán, en la Rambla de Cataluña.JOAN SÁNCHEZ

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_