Una fiesta de convivencia
No fue una inocentada. Y si lo fue, bienvenida sea. Por cuarta vez consecutiva, el grupo de música contemporánea de Valencia que dirige Joan Cerveró se ha acercado al Reina Sofía para el concierto de Navidad organizado por la Asociación de Amigos del Museo. Este año la propuesta coincidía desde el enunciado con un curso que se ha realizado en el mismo lugar durante el último trimestre, bajo la supervisión de Francisco Calvo Serraller, sobre Pop Machine. La cultura de masas y el arte contemporáneo. A Joan Cerveró y su grupo les venía como anillo al dedo dedicar un programa a observar las relaciones e influencias entre el pop y la música clásica, partiendo de una suite barroca en cuatro movimientos de Luciano Berio con canciones de John Lennon y Paul McCartney tan populares como Michelle, Ticket to ride o Yesterday, hasta llegar a dos explosivas piezas de Frank Zappa, como Be-bop Tango y, sobre todo, G-spot tornado, arregladas u orquestadas por el genial músico para el Ensemble Modern de Francfort.
Pop Machine
Obras de los Beatles-Berio, Lou Reed, Adès, Daugherty y Frank Zappa. Grup Instrumental de València. Director: Joan Cerveró. Voz: Pilar Esteban. Piano: Carlos Apellániz. Museo Reina Sofía. Madrid, 28 de diciembre.
Entre ellas, una maravillosa Femme fatale, de Lou Reed, con arreglos orquestales de Cerveró en forma de variaciones sobre Gute nacht, primer lied de Winterreise, de Schubert, y dos obras sensacionales de dos de los mejores compositores del momento: el inglés Thomas Adès, niño mimado de Simon Rattle, y el estadounidense Michael Daugherty, creador de la ópera pop desde su extraordinaria Jackie O., estrenada hace unos años en la Ópera de Houston.
El concierto fue una fiesta de convivencia de todas las músicas, desde el pasodoble encubierto de Adès en Living toys hasta la rumba que nos regala Daugherty en Le tombeau de Liberace. Y fue una fiesta también de la comunicación, con un grupo que se divierte haciendo música y un público que se contagió de la actitud de los músicos. Y en ese clima de diversión y espontaneidad los músicos ofrecieron fuera de programa un villancico con resonancias de jazz, rock y comedia musical. Bueno, hay que decir, porque esto debería ser una crítica aunque el concierto le ha puesto a este comentarista cuerpo de boggie-woogie, que los músicos tocaron maravillosamente bien. Fue una tarde llena de sugerencias y de ideas. De las que hacen falta.
Babelia
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