Esclavitud

La forma en que la esclavitud se manifiesta en los países desarrollados en el siglo XXI es la prostitución. Recientemente, el Ayuntamiento de Madrid, a través de su Dirección General de Igualdad de Oportunidades, ha iniciado una campaña cuya consigna es "porque tú pagas, existe la prostitución". He sabido que esta campaña ha recibido críticas que la acusan de conservadurismo y de estar en contra del concepto del amor libre.

Desde luego, quien así se expresa no se enfrenta al problema de que hayan montado un prostíbulo en un piso alquilado de su propia comunidad de vecinos, que es lo que me sucede a mí.

Padezco, por tanto, el ruido, las visitas de individuos indeseables, la sensación constante de amenaza y todos los inconvenientes que implica un local de estas características, e igualmente los padecen todos mis vecinos, particularmente los niños pequeños que ahora se enfrentan a escenas escabrosas. Pero también veo el sufrimiento de estas chicas, hacinadas en un piso diminuto y sometidas a la violencia de clientes insatisfechos o proxenetas malencarados, quizá inducidas a soportar todo esto por amenazas contra ellas o contra quienes las aguardan en sus países de origen.

Naturalmente, mi comunidad de vecinos se ha apresurado a colgar un cartel de la campaña que antes he citado en la entrada de la finca. Tenemos la intención de concienciar a los clientes de que sus actos tienen en muchas ocasiones consecuencias terribles para muchas mujeres esclavizadas.

Y a los críticos de esta campaña les diré que el calvario que sufren estas chicas está muy lejos de la libertad sexual que tanto nos ha costado conseguir y por la que tanto queda aún por luchar, que el "amor" que ellas y sus clientes practican tiene poco de libre. Me conformaría, por tanto, con que uno solo de estos clientes llegara a comprender que con tal de satisfacerse podría estar participando de una de las más aberrantes formas de violencia de género. Y es por esto que apoyo la campaña del Ayuntamiento.