Manresa convierte un itinerario por la 'sèquia' en alternativa turística
La visita transcurre entre el castillo de Balsareny y el parque de L'Agulla
Manresa y el Bages están estructurando su oferta turística al entorno de un servicio más relacionado con la ingenieria hidráulica que con el mundo de los turistas: un canal de agua, la sèquia de Manresa, una conducción del siglo XIV que aún hoy abastece de agua a la ciudad transportándola durante 26 kilómetros de ligera pendiente que transcurren desde el municipio de Balsareny hasta la capital del Bages.
A finales del pasado mes de noviembre se inauguraron dos de los primeros elementos que deben estructurar la oferta turística: una exposición permanente de la sèquia en el Museo de la Técnica de Manresa -en los antiguos depósitos de abastecimiento de la ciudad- y un centro de acogida al final del canal, en el parque que Manresa ha creado alrededor del lago de reserva de agua de L'Agulla, que goza de una amplia zona de recreo y paseo, auténtico pulmón verde de la comarca del Bages.
La sèquia -o síquia, ya que los pueblos por donde pasa antes de llegar a la capital del Bages mantienen el uso de esta denominación popular- es una infraestructura que cruza la planicie más valorada de la comarca (El Pla de Bages). Goza, además, de su propia leyenda y fiesta porque la oposición de la comarca a ceder sus terrenos para que Manresa tuviese agua en el momento de la construcción acabó con una supuesta intercesión divina y la llegada de un rayo de luz a la iglesia del Carme de Manresa, que se interpretó como el sí del obispo de Vic para permitir que el canal llegase a Manresa. Así se explica que la ciudad celebre aún la fiesta de la Llum para conmemorar tal evento.
Se trata también de una de las primeras obras de trasvase que se realizaron en Cataluña, ya que Manresa bebe agua del Llobregat a pesar de estar bañada por las aguas de su principal afluente, el Cardener.
Acogida a los visitantes
El parque de la Sèquia, nombre que recibe el proyecto, cuenta ya con una puerta de entrada a través del centro de acogida de visitantes del parque de L'Agulla y con un objetivo: llegar a los 100.000 visitantes en la zona. Este espacio, obra del arquitecto Josep Miravitllas, que murió cuando el proyecto se encontraba en su fase final, debe ser el impulsor de la actividad en la zona, con proyectos educativos y didácticos.
En el interior del centro de acogida se podrá ver un audiovisual en el que se explicará el canal a través de uno de los nombres que ha dejado éste, su maestro de obras, Guillem Catà. Durante el recorrido de la sèquia, de Balsareny a Manresa, ha dejado su sello personal uno de los arquitectos de mayor prestigio internacional, el portugués Álvaro Siza.
El proyecto vincula al turista a través de una visita por diferentes edificios, como el castillo de Balsareny, la casa museo de la familia de los Torres-Amat y el poblado íbero del Cogulló, en Sallent. El itinerario incluye también la visita a una pieza de especial importancia, situada en la falta del macizo de Montserrat, como es el monasterio de Sant Benet de Bages, en el municipio de Sant Fruitós, un edificio que hoy es propiedad de Caixa Manresa, que está siendo restaurado para ser el referente turístico del Pla de Bages y para acoger un centro de investigación de la cocina mediterránea bajo la tutela de Ferran Adrià.
El canal permite ser visitado en distintos puntos y la oferta más lúdica se complementa con varias actividades en sus proximidades, como la hípica, un campo de aterrizaje de ultraligeros, un aeródromo, una pista de karting y una interesante oferta gastronómica. El estreno y punto de arranque del proyecto está previsto para el próximo mes de febrero, coincidiendo precisamente, como no podía ser de otra manera, con las fiestas de la Llum de Manresa.
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