Craioveanu es joven
El Getafe se impone al Racing gracias al delantero rumano, de 36 años
Al Racing le empezaron a sobrar defensas nada más empezar el partido. Exactamente, desde el minuto 5. En ese momento, Craioveanu, a sus casi 37 años, dejó atrás con un quiebro veloz a Pablo Casar y Moratón y le regaló un gol a Riki. El Racing, que había salido con siete jugadores por detrás de la línea del balón, tuvo que reconvertir a sus carrileros, Casar y Ayoze, en extremos. El caso es que, con muchos o con pocos defensas, el equipo cántabro se defiende mal. Contrasta con su capacidad ofensiva notable. Sus jugadores, Benayoun, Aganzo, Javi Guerrero, son rápidos, son listos, tienen buenas ideas y se mueven mucho. Claro que también les cuesta meter goles. El Getafe, a los 30 minutos, ya llevaba dos tras una extraordinaria jugada de Gabi.
GETAFE 2 - RACING 0
Getafe: Sánchez Broto; Yanguas, Belenguer, Nano, Pernía; Gallardo (Cotelo, m. 58), Rivas, Gabi, Riki (Pachón, m. 66); Vivar Dorado; y Craioveanu (Míchel, m. 78).
Racing: Aouate; Casar (Morán, m. 46), Moratón, Bertín (Arizmendi, m. 69), Juanma, Ayoze; Nafti (Pedro López, m. 46), Anderson; Guerrero; Benayoun y Aganzo.
Goles: 1-0. M. 5. Craioveanu centra desde la línea de fondo y Riki remata desde el área pequeña.
2-0. M. 31. Riki, tras una jugada de Gabi.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Gabi, Rivas, Yanguas, Moratón, Aganzo y Craioveanu.
Unos 7.000 espectadores en el Alfonso Pérez.
De ese modo, los papeles quedaron repartidos desde el comienzo. El Racing tenía la pelota, elaboraba y fallaba estrepitosamente sus ocasiones -algunas, como una de Aganzo completamente solo frente a Sánchez Broto, muy buenas-. El Getafe se defendía en bloque y salía con velocidad y acierto al contraataque. Gabi y Vivar Dorado se encargaban de lanzar a Riki, Gallardo y Craioveanu, y Rivas ejercía de guarda jurado del centro del campo, de controlar la ofensiva cántabra -hizo más de la mitad de las faltas de su equipo-.
Y el choque era divertido. Tenía mucho ritmo. Muchas oportunidades. Muchas llegadas. Pero resultó que el Getafe metía las suyas y el Racing no. El Getafe tenía a Craioveanu y a Gabi y el Racing no. El Getafe contaba con Riki, especialmente habilidoso ayer para pasar por el sitio adecuado en el momento adecuado y el Racing por supuesto que no.
En el segundo tiempo, Lucas Alcaraz, el técnico del equipo santanderino, movió casi todas sus piezas. Cambió la defensa de cinco y la dejó en tres. Metió a Morán y a Pedro López para abrir más el terreno e intentar deshacer la malla pegajosa que le tendía el Getafe en el medio. Benayoun también se deslizó a la banda izquierda. Incluso, cuando restaban 20 minutos, se decidió a quitar a un central, Bertín, para incorporar a un delantero, Arizmendi.
Pero entonces el partido se deshinchó, incluso se volvió algo bronco. El Racing perdió orden y capacidad de subir el balón de manera escalonada. Perdió velocidad y claridad. Y, a cambio, no ganó nada. No consiguió penetrar por los costados y dejó de acercarse con pases interiores a los puntas.
El Getafe, en vista de que la inercia le conducía a la victoria, dejó que el partido se despeñase manteniendo una actitud más bien contemplativa, casi pasiva: observando como el Racing se enredaba en sus propias limitaciones, que no son pocas.