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Johann Kresnik lleva a escena la tragedia de la esposa de Helmut Kohl

El coreógrafo austriaco Johann Kresnik, de 65 años, retrata en su última obra de teatro a la esposa del ex canciller federal Helmut Kohl. Hannelore, que murió en el año 2001 a los 68 años en la soledad y oscuridad, sufría de fotofobia, no soportaba la luz. La historia de la mujer a la sombra de un coloso de la política alemana no se hace transparente en la obra, que se estrenó el pasado fin de semana en la Ópera de Bonn, según escriben los críticos.

No se esclarece esa oscuridad que la rodeaba ni rompe el silencio que la acompañaba. Kresnik, quien escandaliza desde hace más de 30 años al público alemán e internacional, se apoya en la trágica vida de Hannelore Kohl para hacer una polémica interpretación de los años en los que gobernaba su esposo. En la llamada República de Bonn, la llamada Alemania Occidental entes de la caída del muro de Berlín, expone algo que el periódico Bild Zeitung califica de "orgía psicológica", un "escándalo por debajo de la cintura", "teatro retrete de los sentimientos".

Las 22 escenas están salpicadas de sangre y de sexo perverso. El Kohl de Kresnik tiene relaciones sexuales con su secretaria, su esposa le quita los calzoncillos y se los pone por la cabeza y expulsa a su rival, el democristiano Wolfgang Schäuble, de su silla de ruedas.

La obra tiene "el nivel intelectual de películas pornográficas" y es simplemente "asquerosa", resumió el Bild. Las expresivas imágenes compuestas por quien ha retratado también a Picasso, Frida Kahlo y Goya representan los tejidos de un gobernante que permaneció 16 años en el poder.

El crítico del Frankfurter Allgemeine Zeitung señaló que Kresnik no apunta con precisión, parece "un borracho con escopeta de perdigones" y yerra, en su crítica, en la verdad sobre la reunificación de las dos Alemanias. "Cuando Kohl se lanza entre himnos nacionales orgiásticos sobre la niña RDA, ésta que recién se despierta a besos se convierte en un cadáver", según el crítico; se trata de "la más grosera crítica del sistema".

El verdadero protagonista de la historia, Helmut Kohl, no ha visto la obra, según un periódico de Bonn. Sin embargo, expuso su opinión en un fax que envió al grupo joven de la Unión Democristiana. Según el diario Express, Kohl ha dicho: "Se trata de una sarta de embustes y es un lamentable abuso de la libertad artística".

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