Aíto agudiza la crisis del Barça
Con Fucka descalificado, los azulgrana sufren ante el Joventut su tercera derrota
Dice el sabio refranero que a perro flaco todo son pulgas. Y parece decir bien, si se aplica al Barcelona. Otrora aguerrido y sorprendentemente eficaz, a la que ha bajado un poco el pistón, los problemas se le han multiplicado. Las lesiones lo acucian, la plantilla se revela corta, el estado anímico de los jugadores decae y, donde antes había victorias, ahora se acumulan derrotas.
La última, la tercera consecutiva en la Liga y la quinta en los seis últimos partidos disputados, la sumó el Winterthur Barcelona ayer ante su gran rival catalán, el DKV Joventut, en un Olímpico que registró la mejor entrada de la temporada (8.776 espectadores). En un escenario propicio para la recuperación moral, los azulgrana certificaron la crisis de juego y, sobre todo, anímica por la que atraviesan.
DKV JOVENTUT 81 - BARCELONA 73
Joventut: Huertas (8), Rudy Fernández (9), Mumbrú (5), Hamilton (12), Arnold (25) -cinco inicial-; Marco (2), Vázquez (9), Young (7) y Scott (4).
Barcelona: Ilievski (18), Navarro (12), Bodiroga (10), Fucka (13), M. Gasol (8) -cinco inicial-; De la Fuente (2), Sada (2), Espuña (4), Grimau (4), Trias (0) y Van der Hare (0).
Árbitros: Hierrezuelo, Requena y Cardús.
Unos 8.776 espectadores en el Olímpico de Badalona.
4º CUARTO
3º CUARTO
2º CUARTO
1º CUARTO
23-24
19-22
15-11
24-16
Porque la diferencia con la que concluyó el encuentro (81-73) no es fiel a lo que sucedió en la pista. Tanto como el Joventut que aún sueña con la Copa, tuvo el partido en sus manos el equipo de Joan Montes (28-35, vencía mediado el segundo cuarto). Pero, a dos minutos del final, un lance menor del juego destapó la caja de los truenos y reveló la decandencia anímica de los azulgrana. Con 70-68, después de un parcial de 0-5 del Barça, los árbitros castigaron a Marc Gasol, que se fajaba por el rebote, con una dudosa falta en ataque. Ese simple hecho supuso el inicio del fin. Lejos de sacar el espirítu de lucha que siempre le ha caracterizado, el final demoledor que tantas victorias in extremis le ha dado, el Barça se hundió. Fucka, el hombre de hielo, perdió los nervios, protestó ostensiblemente la decisión y los árbitros, no sin cierto rigor, le descalificaron. Montes perdía a uno de sus jugadores más acertados (13 puntos) y el resto, salvo Ilievski, que lo intentó sin fortuna, se hundía a su alrededor.
En otras circunstancias, habría aparecido Navarro, últimamente sin la chispa y el acierto que le caracterizan. O Dueñas, ahora lesionado. O Bodiroga, el gran líder que, según confirmó Joan Montes, se ha convertido en un jugador triste. "Está triste y, quizás también saturado de baloncesto", señaló tras el encuentro el técnico del Barça, por momentos, tan triste como su estrella.
Se desconoce qué le pasa al alero serbio, si, como dice Montes, arrastra, al igual que Navarro, el cansancio de un verano que ocuparon los Juegos de Atenas. Pero, en los últimos encuentros, del rostro de Bodiroga ha desaparecido la sonrisa y de su juego, la brillantez. Ayer, en cada entrada que probó, se topó con Mumbrú o con Paco Vázquez, máquinas de desbaratar su arte. Maestro de la defensa, Aíto García Reneses trazó un plan que le asfixió.
Montes leyó la jugada, sentó al serbio y, en el segundo cuarto, dio el relevo a los jóvenes. Tampoco tenía otra elección. El banquillo del Barça ya no sienta a grandes nombres. Saltaron a pista Espuña y Sada y, bien acompañados por De la Fuente y Grimau, lograron contrarrestar los efectos de un primer cuarto en el que Arnold y Hamilton fueron los amos de las zonas. A Marc Gasol, la difícil tarea de suplir a Dueñas le ha cogido aún fuera de forma. Y el Barça lo acusa: 23 rebotes capturaron los azulgrana por 29 el Joventut.
A ese factor, se le sumó otro no menos importante: las pérdidas de balón. 16 balones perdió el Barcelona por sólo siete recuperaciones. La Penya recuperó (13) más que perdió (12). Pese a todo, el encuentro se igualó y las diferencias para ambos equipos nunca llegaron a superar los ocho puntos (28-35, mediado el segundo cuarto; 70-63, 10 minutos después).
Pero llegado el final, el episodio de Fucka decidió. Ilievski, el jugador más en forma del Barça, intentó remediarlo pero fracasó. Montes busca, desesperadamente -y Laporta le da la razón-, a un jugador interior que el mercado, de momento, le niega.
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