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Entrevista:Ronaldinho | Delantero del Barcelona y aspirante al título de la FIFA como mejor jugador del año | FÚTBOL

"No paro de mirar para aprender"

Ramon Besa

Ronaldo de Assis Moreira (Porto Alegre, 1981) no pierde la sonrisa ni cuando se sienta en la silla del dentista. El 10 del Barça, ya campeón del mundo con Brasil, se siente dichoso y es capaz de compartir su felicidad, ya sea con un niño o con un periodista, sin que varíe la intensidad. Hoy vuelve a competir con el ucraniano Shevchenko y el francés Henry por ser coronado como el mejor futbolista de 2004 por los seleccionadores de la FIFA. Antes de viajar a Zúrich, el delantero atendió a El PAÍS.

Pregunta. ¿Se considera el mejor jugador del mundo?

Respuesta. Me considero un jugador que pasa por un momento muy bueno. Me siento feliz. Entiendo, de todas maneras, que soy joven, tengo 24 años, y que me queda camino por recorrer. Tengo mis virtudes y acepto que se diga que tengo imaginación y que intento inventar en la cancha, pero hay muchos jugadores que me gustan. Cada vez que pongo la televisión veo a un futbolista que me impresiona y del que me gustaría tener algo suyo, algo con lo que me quedo.

"Me gusta el estilo del Barça. El Arsenal también juega rápidamente. El Madrid es muy técnico. 'La Juve' resulta muy compacta y fuerte tácticamente..."
"No sirvo para hincha. Si no estoy jugando, prefiero no mirar al campo. Se sufre mucho cuando no se puede jugar. Yo no puedo..."
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P. ¿Por ejemplo?

R. Pues miro a Zidane y me digo que me gustaría hacer las cosas con tanta facilidad como las hace él. Me fijo en Puyol y me digo que me encantaría tener su fuerza. Podría seguir con otros. A veces veo a un futbolista rápido y pienso: "Si pudiera tener esa punta de velocidad". Me basta con mirar a mi alrededor: qué facilidad goleadora tienen Eto'o o Ronaldo. Las pediría para mí y les contemplo para mejorar. Me digo: "Tengo que entrenarme para ser un poquito como aquél, otro poquito como aquel otro...".

P. ¿Cree que el talento se entrena? ¿No hay en su juego una parte entre intuitiva y natural que le permiten aparecer como un futbolista singular cuya onda expansiva ha aportado un aire nuevo y extravertido al juego? ¿Más que entrenarse, no juega para divertirse?

R. Yo me entreno, y no sólo la parte física, sino también la técnica. El fútbol es entrenamiento. Hay que entrenarse todo el día y con dedicación, los gestos técnicos acaban por salir de forma natural. Yo, al menos, me entreno en el campo y en casa. Visualizo una jugada que me ha gustado, proceso la maniobra y la practico hasta que me sale. No sé si, al final, se parece o no a la que es el referente; en cualquier caso, no paro hasta que acaba por complacerme. Miro cualquier partido de la Liga alemana, de la inglesa, de la argentina o de la brasileña. Si te fijas, siempre hay un futbolista que hace una jugada diferente. A veces es un regate; otras, un pase o incluso te puede emocionar una acción entera. A partir de ahí te das cuenta de cosas que no tienes y que puedes aprender si las practicas.

R. Ronaldo es su referente ¿Sigue siendo su ídolo o ha pasado a ser uno más de los jugadores en los que se fija para procurar imitar las jugadas que le interesan?

R. Es imposible que Ronaldo sea uno más. Es un ídolo en Brasil por su currículo y el impacto que ha supuesto en el fútbol. Yo he jugado con él y, además, soy su amigo y como persona es también un fuera de serie. Tengo una prueba de que para mí también es mi ídolo: una foto juntos cuando él tenía 17 años y yo 13. Un tiempo después tuve la suerte de competir a su lado. He jugado con Ronaldo, Romario, Rivaldo..., futbolistas que en poco tiempo pasaron de ser mis ídolos a convertirse en compañeros. Es bueno recordar, no parar de mirar y entrenarse para aprender, por creativo que uno sea.

P. El problema es que en la cancha no se puede actuar con la misma facilidad que en el campo de entrenamiento. Los tobillos hinchados son una muestra irrefutable de que a usted, más que los problemas musculares, le preocupan las entradas de los defensas.

R. Mis tobillos están bastante bien. Hay días que duelen más, sobre todo tras los partidos, pero no es un dolor serio. No tengo nada más que las molestias normales de un jugador. Aunque sí es verdad que las lesiones en los tobillos son perfectamente apreciables. No mienten. Basta con mostrarlos.

P. ¿Rascan mucho los zagueros españoles? ¿Le dan mucha cera?

R. Normal. Los delanteros somos los que recibimos más faltas. Jugar de espaldas, como me ocurre a veces, también favorece el contacto porque el defensa acude a sacarte el balón y, si no lo encuentra, da con el tobillo. La parte del cuerpo que más sufre es el tobillo. Hay que saber jugar con dolor. Aguantarse. No cuesta tanto.

P. ¿No ya de dolor, pero usted ha llorado alguna vez?

R. Muchas. Lo que ocurre es que yo lloro para adentro. Las lágrimas se meten en el cuerpo en vez de resbalar por las mejillas. Me enfado a menudo. Tengo un pronto... Pero se me pasa rápidamente. Puedo tener tantas ganas de llorar como de reír y no se aprecia.

P. Usted ha cambiado la cara al Barça. En pocos meses ha dejado de ser un club triste para convertirse en risueño, como si su sonrisa contagiara al barcelonismo.

R. Siempre me expresé de esta manera. Soy feliz por ser como soy. Me siento a gusto conmigo mismo. Desde que llegué a Barcelona, se me ha tratado con mucho cariño y, por tanto, es imposible no ser feliz. ¿Por qué me tengo que poner serio? ¿Por jugar un partido de fútbol? ¿Por una entrevista? Tengo la vida que me gusta y soy transparente. Me gusta reírme, gastar bromas, hacer amigos a cada hora. Tengo la vida que soñé.

P. A efectos numéricos, sin embargo, su final de la temporada pasada parece mejor que el inicio de la presente. ¿Ha perdido protagonismo, sobre todo goleador, en la misma medida que lo ha ganado el equipo? ¿O resulta que usted es imprescindible por la confianza que transmite al conjunto?

R. Me resulta complicado hablar de mí y de mi importancia. Estoy contento en el campo. Me siento útil y procuro ayudar siempre. Independientemente de cómo me encuentre, pienso que en cualquier momento, sobre todo cuando las cosas son difíciles, puedo pedir la pelota y jugármela: a veces sale bien y otras no. El problema es cuando no juego: no puedo hacer nada que no sea chillar. Me es muy difícil estar fuera del campo porque siempre que juego creo que puedo hacer algo.

P. Por cuanto se vio, por ejemplo, en Albacete, cuando fue sustituido, usted sufre mucho más en el banquillo, como hincha, que como jugador, aunque esté lastimado.

R. No sirvo para hincha. Si no estoy jugando, prefiero no mirar al campo. Se sufre mucho cuando no se puede jugar. No puedo.

P. El Barça, además, está completando una temporada espléndida, un factor decisivo para su continuidad. Más que la mejora de su contrato, usted pidió que el club armara un equipo competitivo.

R. Sí. El objetivo del primer año era limitado porque había muchos cambios en el club y en el equipo. Había que asegurarse la clasificación para la Champions y garantizarse la formación de un buen conjunto. Las cosas han salido como estaban previstas. Tenemos un equipo fuerte y estamos contentísimos porque en cada partido adquirimos más confianza, sin reparar en los resultados.

P. ¿Hay algún otro equipo que le guste más que el Barça?

R. Me gusta el estilo que tiene el Barcelona, pero también me gusta ver jugar a otros equipos. El Arsenal, por ejemplo, juega muy rápidamente; el Madrid es un equipo muy técnico; la Juve resulta muy compacta y fuerte tácticamente. Me gustan algunos de sus futbolistas. Al Madrid le respeto por la calidad de sus jugadores. Hay que tenerle en cuenta por la plantilla. Pero el Barcelona no tiene miedo a ningún rival.

P. ¿La clave del Barça es la velocidad de ejecución de su juego?

R. Nuestra fuerza está en el equilibrio. Tenemos defensas rápidos, centrocampistas técnicos, delanteros que se mueven bien. Unos marcan el tiempo de juego, otros le dan velocidad y también hay que contar con los que pelean para que podamos tener el balón.

P. Usted lleva el 10, la zamarra mágica del fútbol, aunque al parecer su número fetiche es el 21.

R. Sí. Cuando llegué al París. Saint-Germain, el 10 ya estaba dado. Entonces, una niña de Porto Alegre, mi ciudad, me empezó a mandar cartas diciéndome que pidiera el 21 porque era mi número. La documentación que me envió aseguraba que casi todo lo que me ocurre tiene algo que ver con 21. Mi nombre tiene 21 letras, marco goles el día 21, firmé mi contrato con el Barça un 21. Todo acaba en 21.

Mañana es día 21.

Ronaldinho.
Ronaldinho.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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