La crisis alérgica de la ministra Trujillo

La ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, ha asegurado que "de no ser por una vecina, hubiera muerto este verano", como consecuencia de un proceso alérgico, cuyas causas aún desconoce, por lo que próximamente se someterá a unas pruebas para averiguar a qué se debió. Así lo asegura la ministra en una entrevista publicada por el diario Hoy en la que explica por qué se llamó a un helicóptero del 112 para atenderla el pasado 6 de agosto, cuando se encontraba en Peraleda del Zaucejo (Badajoz), con motivo de su nombramiento como hija predilecta de su localidad natal. Esta llamada al 112 fue criticada por la oposición extremeña, que consideró que se había dado un trato especial a la ministra y motivó la comparecencia en el Parlamento regional del consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara. En la entrevista, la ministra niega cualquier trato de favor y aclara que no quiso que se hiciera pública en la Asamblea la grabación de la conversación telefónica con el 112, porque "afecta al ámbito de mi intimidad y, como yo no me he caracterizado por usar servicios públicos, dije al consejero que no". "Ahora lo contaré", dice, y explica que sufrió una alergia y que utilizó "lo que utiliza cualquier ciudadano", acudir al médico del centro de salud de su pueblo, que en este caso se encontraba a 25 kilómetros y a otros 25 el médico en ese momento, y después llamar al 112, que decidió trasladar un helicóptero. Mientras llegaba el helicóptero, continúa, una vecina buscó a alguien en el pueblo que tuviera "un urbasón en casa y una señora que lo tenía me lo inyectó". "Gracias a eso puedo decir que estoy viva, si no hubiera muerto en mi pueblo", afirma la ministra, que asegura que "no me picó ni un bicho ni nada" y que "no se sabe lo que pasó", aunque sí que "uno se sitúa entre la vida y la muerte en un momento" y que "empecé a contar para atrás", porque "ya tuve un proceso alérgico por un contraste yodado para una prueba de riñón y me pude quedar en una camilla".