Dirigentes de UPN se enfrentan a Sanz para evitar que refuerce su poder en el partido

La pretensión de Miguel Sanz, presidente de Navarra y de UPN, de aprovechar la reforma de los estatutos de su partido para dotar de más poder al cargo que ocupa en la formación ha chocado frontalmente con dos pesos pesados del regionalismo: Rafael Gurrea, actual vicepresidente y presidente del Parlamento foral, y el senador José Cruz Pérez Lapazarán, vicesecretario de UPN.

Gurrea y Lapazarán han enmendado las pretensiones de Sanz y remitido cientos de cartas a los integrantes del consejo político del partido, que se reúne mañana, pidiéndoles que rechacen el nuevo esquema. Sanz ha advertido de que se negará a repetir como candidato a la presidencia de Navarra (lo ha sido ya en las dos últimas ocasiones) si Gurrea y Lapazarán obtienen el apoyo que esperan.

Sanz desea que desaparezca la figura del vicesecretario y que el presidente pueda nombrar directamente a un vicepresidente de su confianza. Plantea, por último, un cambio sobre las listas electorales, que serían elaboradas por un nuevo comité de siete miembros. El comité político de UPN, órgano asambleario de 230 militantes y cuyas decisiones han provocado más de un dolor de cabeza a Sanz y su ejecutiva, quedaría al margen.

Pero Gurrea, Pérez Lapazarán y el "amplio sector de afiliados y cargos públicos" que les apoyan, según sus palabras, no están dispuestos a ello y reclaman que siga siendo la asamblea la que nombre directamente al vicepresidente y al vicesecretario y que sea el consejo el que decida las listas.

"No buscamos polémica con nadie, ni crear riesgos en UPN ni obtener más poder", aseguran Gurrea y Lapazarán en su misiva. "Sólo pretendemos mejorar la libertad y el funcionamiento democrático". UPN tiene 3.000 afiliados y su consejo decide este fin de semana qué enmiendas se incorporan a la ponencia de nuevos estatutos que el partido debe debatir en su congreso de marzo.