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Reportaje:

'Yo acuso', en papel higiénico

Un abogado boliviano recibe en Madrid el Premio de los Derechos Humanos por un ingenioso 'hábeas corpus'

Reynaldo Peters (Oruro, Bolivia, 1950) es abogado y ha sido ministro tres veces. Entre sus posesiones más queridas atesora un documento: el trozo de papel higiénico donde, con letra liliputiense, escribió su hábeas corpus (petición para que un juez decida si una detención es legal) cuando la dictadura de Hugo Bánzer lo encarceló en 1972 por militar en el Movimiento Nacional Revolucionario. El documento ha sido calificado de "monumento jurídico" y fue premio de Derechos Humanos de la Asociación Internacional de Abogados con esta dedicatoria: "Al papel higiénico, instrumento de libertad".

Ayer recibió (con la presidenta de la Plataforma de Mujeres Artistas, Cristina del Valle, la ONG Andalucía Acoge y el programa de TVE En Portada) el premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE). Representantes de esta institución repartieron libritos de la Declaración de Derechos Humanos a varios niños en una carpa en el Paseo de Recoletos. Carlos Carnicer, su presidente, anunció que propondrá al Ministerio de Educación que los abogados expliquen en las escuelas cómo defender esos derechos.

Han pasado 32 años desde la ingeniosa idea de Peters. Encarcelado durante la dictadura de Bánzer, supo que su partido se aliaba con el tirano. Algunos correligionarios le ofrecieron cargos importantes si aceptaba el pacto. Se negó. "Y como en prisión se corre peligro, se nos ocurrió el hábeas corpus". Papel tenían, el higiénico. En un rincón apareció un recambio de bolígrafo, seco. Calentándolo con una vela, apareció la tinta necesaria. Una plumilla mellada sirvió. "Lo metí bajo la colchoneta y, aunque no permitieron la visita de mi mujer, que estaba embarazada, pude enviarle mi ropa sucia. Introduje el hábeas corpus en un calcetín. Sabía que ella lo encontraría", recuerda. Así fue. El documento terminó por aparecer en la prensa.

"Dos noches después,me ataron a un árbol y simularon fusilarme". Le encarcelaron en el lago Titicaca y luego en un hospital militar. "Por supuesto nunca me juzgaron", concluye Peters. "Al año, una amnistía parcial me liberó. Aquel papelito fue clave: permitió intervenir a la Cruz Roja, y las denuncias internacionales".

El ministro de Justicia entrega el premio de Derechos Humanos a Reynaldo Peters en Madrid.
El ministro de Justicia entrega el premio de Derechos Humanos a Reynaldo Peters en Madrid.CRISTÓBAL MANUEL

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