Izquierda Unida se enfrenta a la división con tres candidaturas

La división de Izquierda Unida en el peor momento político, electoral y económico de su historia está servida. Ayer se confirmaron tres candidaturas a la Asamblea Extraordinaria que comienza el viernes. Son las de Gaspar Llamazares, Felipe Alcaraz y Enrique de Santiago. Dirigentes del PCE, liderados por su secretario general, Francisco Frutos, tratarán hasta el último minuto de unificar las dos últimas para derrotar a Llamazares.

La gran duda que queda por resolver para saber quién ganará en la votación del domingo es si Gaspar Llamazares, actual coordinador general, tendrá enfrente a uno o dos candidatos. Si el voto de sus rivales se divide, le será más fácil ganar. Aun así, no tendría garantizado el éxito, porque el sistema de elección del coordinador general en IU permite un pacto de última hora.

Los 880 delegados eligen entre las tres listas cerradas y, según el porcentaje obtenido por cada una de ellas, se nombra a 75 dirigentes. Y serán ellos, que compondrán la mitad del Consejo Político Federal -la otra mitad se elegirá después en las federaciones-, los que votarán al coordinador general entre sus miembros. Por eso las candidaturas de Alcaraz, el veterano ex diputado, y De Santiago, un cuadro medio desconocido fuera de la federación, pueden unirse en el último minuto, cuando se vea cuál de las dos es más fuerte.

Lo único que ayer quedó claro, tras una reunión para buscar una candidatura de consenso que quedó en mero formalismo, es que hay tres listas sobre la mesa. La de Llamazares cuenta con los mismos apoyos de siempre, exceptuando algunos abandonos como los críticos de Andalucía, que precisamente le dejaron cuando se acercó a Alcaraz, que ahora es su rival. La mayoría de Llamazares está basada en federaciones afines al líder que le auparon a la victoria en 2000 y en grupos alejados del PCE.

El entorno de Llamazares sitúa sus apoyos ligeramente por encima del 50%. Sus rivales lo reducen a alrededor del 40%. Es muy complejo saber con cuántos apoyos cuenta cada uno, especialmente entre los otros dos candidatos. Porque la organización es pequeña, algunos odios son ancestrales, y la división en familias es tan compleja que hay muchos delegados contrarios a Llamazares pero enfrentados también a Alcaraz como, por ejemplo, los críticos de Andalucía.

Alcaraz va a tratar de convencer a De Santiago para que acepte ser su número dos. "Sólo eso garantiza la victoria frente a Llamazares", explica el ex diputado. De Santiago piensa lo contrario: "Alcaraz ha llegado a última hora, sin debate en las bases. Representa lo de siempre, las viejas fórmulas. Nosotros somos la renovación. Si quiere, que venga detrás, será bienvenido".