El honor y la caja
La eliminación agrava las penurias del Depor, que ronda el récord negativo de irse sin marcar
Desde que se instauró el actual formato de la Copa de Europa jamás un equipo había concluido una liguilla sin anotar un gol. El Deportivo aún no ha estrenado su marcador y hoy tiene ante el Mónaco la última ocasión de evitar que su nombre quede esculpido en el capítulo de marcas más sonrojantes en la historia de la Champions. Al deportivismo le espera una noche melancólica. Cierra para el resto de la temporada su participación europea y, además, asistirá al último partido internacional de Fran y Mauro Silva, que dejarán el fútbol al final de la campaña. Peor es aún el balance de caja para un club lo suficientemente atribulado en el aspecto financiero: con la prematura eliminación, dejará de ingresar unos diez millones de euros. "No será la despedida que había imaginado ni la que me esperaba", confesó ayer Mauro; "pero tenemos que ganar por dignidad y por lograr algún ingreso económico para el club".
Sólo por los resultados cosechados, el Deportivo cerró el curso pasado su participación en la liguilla con unos ingresos de 2.142.000 euros. En vísperas de que se consume su eliminación, el club gallego sólo ha ingresado esta temporada 1.312.000 euros por los dos míseros puntos cosechados. Es sólo una parte de las pérdidas que le ha supuesto su nefasta campaña europea. En su presupuesto para este ejercicio, el Depor había previsto unos ingresos en el torneo de 20 millones de euros, entre lo que da la UEFA, las taquillas y la televisión, con la previsión de alcanzar al menos los cuartos de final. Sólo podrá recaudar alrededor de la mitad, un nuevo quebranto para un club con las reservas económicas ya exhaustas.
Así que el Depor tampoco está para permitirse el lujo de despreciar los 328.000 euros que le proporcionaría la victoria de esta noche. No será suficiente para financiar algún fichaje en el mercado de invierno, pero todo contribuye a tapar agujeros. Y, además de la caja, está la honra o la dignidad, en palabras de Mauro. En las trece ediciones de la Champions, sólo tres equipos, el Galatasaray, el Spartak de Moscú y el AEK de Atenas, finalizaron una liguilla con un único gol a favor. El Depor, después de cinco partidos, aún no ha marcado. En realidad, no ha vuelto a marcar desde su última gesta europea, aquel 4-0 al Milan en los cuartos de final de la edición anterior. Por esas paradojas del fútbol, la hazaña acabó llevando al Depor al fondo del barranco. Luego, llegó la semifinal ante el Oporto, al que no fue capaz de batir en ninguno de los dos partidos. Y, a continuación, el largo calvario de esta temporada.
A Javier Irureta le desagradó que le preguntasen si su equipo siente vergüenza por la triste estadística. "Vergüenza es robar y nosotros no robamos", se revolvió; "podemos ser mejores o peores, podemos hacer las cosas mal, pero eso no es algo vergonzoso. ¿Vamos a ir de rodillas pidiendo perdón? Esto es fútbol". Para el técnico se trata de un fenómeno "extraño" que prefiere relegar a la categoría de "anécdota". "Es raro, porque este equipo tiene gol, pero, sobre todo en casa, no hemos respondido. Por una u otra razón, este año se nos ha cruzado un poquito la Champions", explicó el técnico antes de señalar a su equipo como una víctima de esa conjunción de factores tan socorrida en el fútbol: "Lesiones y mala suerte".
La visita del Mónaco, que se juega el pase a los octavos de final, recuerda que el Depor ya tiene otra marca negativa en esta competición. El equipo de Deschamps le infligió la temporada anterior un inverosímil 8-3, la mayor goleada en una fase final de la Liga de Campeones. Algunos futbolistas como Pablo Amo aseguran que no lo han olvidado y apuntan que, además de una cuestión de honor y de caja, también está en juego una revancha.
Deportivo: Munúa; Héctor, Pablo Amo, Andrade, Capdevila; Scaloni, Duscher; Víctor, Fran, Munitis; y Pandiani.
Mónaco: Roma; Maicon, Squillaci, Givet, Evra; Farnerud, Zikos, Bernardi; Saviola, Chevanton y Adebayor.
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