Llamazares teme una IU aislada si lo destituyen

Gaspar Llamazares está convencido de que tiene una mayoría suficiente garantizada como para ganar la asamblea extraordinaria de Izquierda Unida el próximo fin de semana. Sin embargo, ahora que la dirección del PCE y el grupo más a la izquierda de la federación han decidido tratar de arrebatarle el liderazgo, el coordinador general opina sobre ese magma de anti-llamazarismo, y teme que su victoria podría causar una involución en IU y aislarla.

El modelo que plantea el grupo nucleado en torno a Francisco Frutos, secretario general del PCE, consiste en "defender un política identitaria, una Izquierda Unida cerrada y ensimismada, incapaz de pactar y acercarse a otras formaciones", según el líder.

De hecho, señala Llamazares, las propuestas que han venido hasta ahora desde ese sector se han centrado en tres ejes: por una parte, pedían "prácticamente la expulsión" de Javier Madrazo, coordinador de IU en el País Vasco, por su política cercana al nacionalismo. Por otra, se mostraron contrarios al pacto con Iniciativa per Catalunya, que reunificó la izquierda alternativa en esa comunidad y tuvo unos buenos resultados electorales que les llevaron al Gobierno de la Generalitat. Y por último, han criticado la negociación presupuestaria con el PSOE.

"Nosotros apostamos por hacer una oposición influyente, por obligar al PSOE a hacer política de izquierdas; ellos prefieren lo simbólico, centrarse en la identidad", dice Llamazares, quien critica la decisión del PCE del sábado de vetar su candidatura y buscar una alternativa en torno al ex diputado Felipe Alcaraz. "Es un error, se apuesta por la confrontación y se le pide eso a los militantes del PCE, pero yo confío en que ellos le darán la vuelta".

Es el debate eterno en Izquierda Unida, el que llevó a la gran escisión con la expulsión de Nueva Izquierda en 1997, preludio de las sucesivas crisis electorales. La "identidad" de esta formación, siempre temerosa de ser absorbida por el PSOE, es el asunto estrella de la mayoría de los discursos. La oposición tratará de utilizar ese concepto contra Llamazares, y sobre todo apelará a su responsabilidad por los pésimos resultados electorales.