Barrio Gótico navideño
Oler, saborear y sentir la Navidad en algunos de los espacios más representativos de Barcelona. Acaba de abrir sus imaginarias puertas la Fira de Santa Llúcia, con el majestuoso trasfondo de la catedral (en proceso de restauración, lo que ha obligado a modificar la ubicación de muchos de los puestos), en el barrio Gótico, o el perfil gaudiano inconfundible de la basílica de la Sagrada Familia. La popularidad de la feria ha hecho que se extienda a otros barrios, como el de Sants.
Hasta la víspera de Nochebuena, miles de personas desfilarán ante las figuritas de barro, puentes de corcho, castillos de Herodes de cartón, musgo, flores de Pascua, tiós (tronco hueco que los niños golpean y del que salen regalos y golosinas), caganers (personaje característico de los nacimientos catalanes), zambombas, panderetas y ríos de albal.
El nombre de la feria, Santa Lucía, se debe a la patrona de modistas y costureras, cuya capilla, en la catedral, es visitada permanentemente, pero sobre todo en su día, el 13 de diciembre; la apacibilidad que se respira en ella contrasta con el bullicio de la calle. Sus devotos la invocan así: "Vos, que venís por diciembre, / llevando los ojos en un plato, / conservadnos la vista y la claridad".
Mimos, marionetas gigantes, un Charlot que porta su carrito lleno de muñecas y flores, coros infantiles cantando villancicos... Y la carassa, una tradición del siglo XVII, recuperada en 1988, que consiste en un gran cabezudo musulmán que recorre la feria escupiendo caramelos y al anochecer suele deambular por las evocadoras callejas del barrio Gótico. Todo ello contribuye a crear un ambiente cálido y festivo, repleto de niños que acuden, entusiasmados, de un puesto a otro.
Además, dos acontecimientos musicales enriquecen este año la Navidad barcelonesa: el Ofici de Nadal, de Narcís Casanovas, interpretado el día 9 en la basílica de Santa Maria del Mar por la Capella Reial de Catalunya y la escolanía de Montserrat, a las órdenes de Jordi Savall, y las Cançons tradicionals de Nadal, que sonarán en las voces del Coro de Cámara del Palau de la Música, el 19 de diciembre.
