Cangrejos de diciembre
Entramos en el mes santo del consumo. Ya comenzó el anterior el estímulo con escaparates, publicidad -¡bendita sea!-, bombillazas municipales, ofertas en las que la terrible cifra se precede de un "¡Sólo!", como si esos monstruosos euros que nos llevaron a la ruina fueran fáciles de obtener. El trabajo se devalúa, el precio aumenta; y nos consideramos comprendidos cuando el Banco de España dice que el endeudamiento de las familias es insostenible; lo dice cuando los bancos son nuestros beneficiarios. El ciclo es de una perfección cósmica: guardamos lo que nos pagan en un banco, acuden a él nuestros suministradores ordinarios, pagamos por ello, pagamos por nuestras tarjetas que también pagan los que nos venden; otras cosas no las podemos pagar, pero son imprescindibles por las maneras de gobernar la economía, pero el banco nos ofrece su hipoteca, sus letras; y pagamos sus intereses y su préstamo durante toda la vida; para ello tenemos que ingresar lo que ganamos en sus cuentas corrientes, de las cuales... Me recuerda lo que estudiábamos cuando la economía no se dedicaba a enriquecer a los ricos -lo cual prueba el talento de los economistas posmarxianos- sino a examinar lo que realmente pasaba y la situación de los pobres; el ciclo del cangrejo y su importancia en la economía del hambre en Brasil: en ciertas zonas el hombre se alimentaba de cangrejos, depositaba los excrementos en el río, de ellos se nutrían nuevas generaciones de cangrejos que servían de alimento, excremento y nueva generación. Había un olvido serio: el hombre trabajaba. No sólo del cangrejo vive el hombre: tiene crías improductivas que no pueden comer cangrejo, está obligado por el decoro y la iglesia a ponerse ropas para cubrir su desnudez; y médicos, y farmacéuticos, y un tejado para las lluvias y los calores del trópico.
Y se le induce a algunas drogas y algún alcohol para olvidar lo desesperado que está, por lo cual se le insulta, encarcela o echa de casa. Y pega a su mujer: que además de pasarle todo igual, es mujer. ¿No nos recuerda algo nuestro aquel ciclo? (Ah, y muchos comedores de cangrejos votan a la derecha peculiar de aquí, porque no se enteran de su cometido en este ciclo: ni siquiera en diciembre).
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