Moyà impone su clase
El mallorquín se deshace de Fish sin darle la más mínima posibilidad
El primer partido de la final de la Copa Davis tuvo un pésimo inicio para Carlos Moyà. Mardy Fish, el 37º tenista del mundo, logró romperle el servicio en el segundo juego y se colocó con un amenazante 3-0 tras conectar varios saques a más de 200 kilómetros por hora. Aquello parecía una alucinación. Realmente, lo fue. "Era imposible que Mardy mantuviera aquel nivel y que yo siguera estando tan mal", explicó luego el mallorquín, que, a sus 28 años de edad, aspira a ganar la que sería su primera Ensaladera de plata. Moyà acabó imponiéndose con claridad en tres mangas por 6-4, 6-2 y 6-3 en una hora y 57 minutos. Fue la primera alegría, la que dio el primer punto a España ante Estados Unidos.
La reacción de Moyà fue fulminante. En un plisplás recuperó el break perdido e igualó la primera manga para rematarla luego con una segunda rotura sobre Fish. Falto ya de confianza, el norteamericano se fue esfumando de la pista, mediatizado por sus propios errores y por la falta de confianza en sí mismo. Excesivamente consciente de sus limitaciones, fue cediendo terreno a un Moyà cada vez más crecido que comenzó a encontrar la efectividad de su primer servicio y dominó los puntos con su golpe de drive. "Me sentí algo nervioso al principio", dijo el balear, número uno mundial a principios de 1999, después de ganar el torneo de Roland Garros y de disputar la final del Masters en 1998; "pero después recuperé el tono del juego que había desarrollado ya en el Masters de Houston, hace dos semanas, y comencé a sentirme muy bien en la cancha".
La victoria supondrá una inyección de confianza para el mallorquín, que acabó el partido haciéndolo todo bien. Era normal verle pegar la derecha, buscando angulaciones y dejando la bola botando en las líneas. Pero su revés, el golpe en el que menos confía, funcionó también a buen nivel y ésa es una buena noticia. "Ya en los entrenamientos realizados a lo largo de la semana me noté con mucha confianza en mis golpes", agregó Moyà; "pero ahora noto que todo el trabajo que he estado realizando a lo largo de esta temporada está saliendo a flote".
Tras ganar a Fish, Moyà se reincorporó al banquillo español en la grada de la pista central para presenciar las últimas mangas del partido entre Rafa Nadal y Andy Roddick. Se le vio realmente emocionado cuando el de Manacor cerró el segundo punto para España. "Ganar la Copa Davis se ha convertido en mi principal objetivo de este año", comentó Moyà; "y la verdad es que ahora toda la presión la tienen ellos. Estamos muy cerca de lograr la victoria. Pero nos falta un punto y no debemos caer en los excesos de confianza. Hasta que consigamos el tercer punto nada habrá terminado. Y yo espero que podamos lograrlo mañana [hoy] en el doble".
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