Hacia la historia con sudor
El Sevilla logra la clasificación directa en un intenso partido frente al AEK
A Joaquín Caparrós se le estaba ablandando la roca y tiró de fondo de armario para buscar la clasificación matemática a la siguiente ronda de la Copa de la UEFA. Allí se encontró en la carne de un rubio vacilón a la definición que el fútbol sevillano gusta de aplicarse: el duende. Antoñito había pasado a ser el cuarto delantero favorito del entrenador. Perezoso, indisciplinado con la dieta y la táctica, Caparrós le enseñó el frío que hace en el destierro y Antoñito despertó. Ayer, fue lo que se busca de él, impredecible, eléctrico, atrevido hasta el exceso. Lo mejor para marear al AEK, aburrido de táctica y de juego, con un robótico sentido de la defensa y que sólo concibe el ataque como cosa de rebote, de balones a las cabezas de los fornidos Lyberopoulos, Moras o Katsouranis.
SEVILLA 3 - AEK 2
Sevilla: Esteban; Alves, Javi Navarro, Aitor Ocio, David; Sales (Jesús Navas, m. 63) Martí, Renato, Jesuli (Antonio López, m. 63); Antoñito (Kepa, m. 76) y Carlitos.
AEK: Chiotis; Amposah (Georgeas, m. 23), Kostenoglou (Toskas, m. 25), Moras, Giogiopoulos; Assunçao; Bourmpos, Katsouranis, Krassas, Konstantinidis (Petkov, m. 53); y Lyberopoulos.
Goles: 0-1. M. 10. Lyberopoulos, de cabeza. 1-1. M. 19. Baptista, de cabeza al saque de un córner. 2-1. M. 28. Antoñito desde dentro del área. 2-2. M. 46. Katsouranis, de falta directa. 3-2. Baptista, de penalti.
Árbitro: Eric Bramar (Holanda). Amonestó a Amposah, Giorgiopoulos, Gerogeas, Javi Navarro.
30.000 espectadores en el Sánchez Pizjuan.
Pues salió el duende lleno de afán reivindicativo. Así, en el primer minuto ya se lanzó caracoleando hacia la meta griega. Le hicieron falta. Como en el minuto 3 y en otros muchos.
El equipo griego era un ejemplo de sosa geometría, con Assunçao de sombra de Baptista y Lyberopoulos de ariete. El Sevilla apretaba y Antoñito regateaba. Las bandas sevillistas siguieron sin aportar demasiado, empequeñeciendo así el juego del equipo, mermando la sorpresa. Javi Navarro, hizo una falta de defensa en estado de ataque de nervios y tras el saque, marcó el AEK de cabeza.
El Sevilla había dominado al rácano conjunto griego y el gol hizo de espuela. El Sevilla adelantó líneas y, apoyado en las internadas de Alves, los balones largos de Aitor Ocio y los regates de Antoñito, encerró (sin demasiada resistencia, por cierto) al AEK. Alves forzó un córner y metió el posterior saque. Antoñito marcó poco después y muchos se creyeron que el partido se acababa con la remontada.
En el primer minuto del reinicio, Katsouranis metió un fantástico pepinazo por la escuadra de Esteban en el saque de una falta y el Sevilla se tuvo que buscar la clasificación directa desde cero.El brasileño fabricó la jugada que acabó en el penalti que convirtió Baptista. Grandísimo partido de Alves. Demasiado sufrido para un Sevilla que cada vez está más cansado.
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