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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los toros

Las declaraciones del concejal de cultura tarraconense Albert Vallvé en la presentación de la candidatura de su ciudad a ejercer la capitalidad cultural durante el año 2016 en liza con Córdoba, Málaga y Cáceres, ha provocado ciertas reacciones centradas en su alusión a la ventaja que presuntamente supone para aquella el desagrado que en Europa provoca el "marcado carácter taurino" de estas tres últimas. Dichas reacciones han sido un tanto destempladas cuando el comentario no lo merece por dos razones: que ciertamente, las corridas de toros no son bien consideradas, en general, por nuestros vecinos y socios, y que es poco verosímil que ese rechazo tenga peso apreciable en la decisión final.

Sin embargo el asunto ha puesto en cuestión la propia Fiesta Nacional de forma tangencial, y las airadas réplicas proceden de representantes del fundamentalismo costumbrista, dispuestos siempre a atajar cualquier debate en torno a la tauromaquia alegando su carácter cultural como un marchamo de sacralidad que la eleva por encima de toda discusión, y justifica que unos señores esperpénticamente vestidos, sometan a un animal a un vergonzoso calvario durante el cual lo laceran con terroríficos instrumentos para ponerlo en condiciones de dejarse espetar con una espada sin oponer demasiada resistencia, saltándose a la torera (y nunca mejor dicho) la Declaración Universal de los Derechos de los Animales en vigor. Efectivamente, este "distintivo de acervo español" es cultura, como también lo fue el canibalismo hasta hace poco en muchas sociedades de varios continentes, o como lo es la ablación del clítoris en algunas partes de África, la estructura machista de nuestra propia sociedad, el racismo o la caza del zorro, recientemente prohibida en Inglaterra, donde ha sabido ver la profunda inadecuación de tan vetusta y venerada tradición con algunos de los más fundamentales principios que todos asumimos en la actualidad. A ver si cunde el ejemplo.

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