Descentralización de la Justicia, el dramatismo y el "tonto útil"

Las octavas jornadas del Bidasoa finalizaron como empezaron el jueves: con polémicas declaraciones. En la inauguración de la cumbre judicial, el vicepresidente del CGPJ, el progresista Fernando Salinas, defendió una "profunda descentralización" del Poder Judicial y abrió la puerta a la creación de consejos territoriales -él prefirió denominarlos "salas de Gobierno reforzadas"- como órganos de gobierno de los jueces descentralizados, aunque con algún tipo de dependencia del Consejo del Poder Judicial.

Salinas defendió además que los tribunales superiores se conviertan en la última instancia judicial en cada autonomía, reservando para el Tribunal Supremo el papel de unificador de doctrina. Esta propuesta figura en el programa electoral del PSOE con el que ganó las pasadas elecciones generales y forma parte también del acuerdo de Gobierno cerrado por el tripartito catalán.

Pero, sobre todo, el número dos del Poder Judicial apeló a que este debate o el abierto en relación con el reconocimiento en el Código Civil de las uniones del mismo sexo, se afronten de manera "desdramatizada". El consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, pidió ayer que el debate se desarrolle "sin dramatizar, sin descalificaciones previas" en materia de descentralización de la Justicia.

Juan Pablo González, uno de los dos vocales delegados para Euskadi del Poder Judicial, evitó hacer mención a las palabras de Salinas en su intervención de ayer. Sin embargo, al cierre de las jornadas, dejó claro a este periódico que el "problema no es de dramatismos". A juicio del vocal del Consejo, en Euskadi se vive "una abierta campaña de descrédito y debilitamiento del Estado y de la Justicia" con la herramienta del plan Ibarretxe para crear un Poder Judicial vasco. "Y el único problema es que alguno viene aquí con sus declaraciones de desdramatizar el asunto y lo único que hace es servir de tonto útil para esa estrategia".