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Crónica:FÚTBOL | 13ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Dani rompe el eje atlético

El Espanyol aprovecha los fallos defensivos del equipo de Ferrando, retratados en un pase decisivo de De la Peña

Robert Álvarez

Dani le dio la victoria al Espanyol gracias a un magnífico pase, uno de los pocos con intención en el deslavazado partido que disputaron el Espanyol y el Atlético. Lo firmó De la Peña. No podía ser otro. Las apariciones de Iván, fugaces, precedidas de errores y de un juego a veces liviano hasta la desesperación, abastecen al Espanyol de la pólvora que tanto le cuesta encontrar. La jugada fue decisiva porque rompió el empate a uno cuando apenas quedaba un cuarto de hora. Retrató al Atlético porque, siendo excelente e intencionado el pase de De la Peña, hubiera quedado en nada si la pareja de centrales rojiblancos, Perea y García Calvo, no se hubiera hecho un lío monumental. Especialmente grave fue la jugada para García Calvo, que suplió la baja de Pablo, y que redondeó su noche infame.

ESPANYOL 2- ATLÉTICO 1

Espanyol: Kameni; Ibarra, Jarque, Soldevilla, David García; Ito, De la Peña (Morales, m.85); Corominas (Miñambres, m.63), Maxi, Serrano (Amavisca, m.72); y Dani.
Atlético: Leo Franco; Velasco (Jorge, m.46), Perea, García Calvo, Sergi; Sosa (Colsa, m.79), Luccin; Aguilera, Paunovic (Salva, m.54), Nano; y Fernando Torres.
Goles: 1-0. M.51. Dani transforma un penalti de Sergi a Maxi.
1-1. M.55. Nano marca en un lanzamiento de falta en el que Kameni falla estrepitosamente.
2-1. M.74. Dani bate por bajo a Franco tras recibir un pase en la frontal de De la Peña.
Árbitro: M. Cantalejo. Amonestó a Soldevilla, Sosa, Perea, Luccin, De la Peña, Nano y Salva.
Olímpico de Montjuïc. 17.120 espectadores.

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Tener la pelota representó un problema más que una solución para ambos equipos. Un detalle que delata como fue la cosa. El cuero lo poseyó el Atlético durante un buen rato. No supo qué hacer con él. No tenía quien la administrara con sentido ofensivo. La tarea se consumía en un transporte inócuo de un lado para el otro, siempre lejos de Kameni y sin conexión con Fernando Torres. El Espanyol se sintió relativamente cómodo. Esperó agazapado, a la espera de una salida al contragolpe, de una acción que sorprendiera el tupido centro del campo atlético. Le costó. De la Peña, que formó como medio centro junto a Ito, quedaba demasiado lejos del balcón del área para manejar los hilos. Pero el Espanyol llegó más porque tuvo un punto más de atrevimiento que el Atlético.

Las dos mejores ocasiones del Espanyol, igual que los goles, las propiciaron otros tantos errores de la defensa del Atlético. El primero queda en el debe de García Calvo, que se quedó atrás cuando sus compañeros adelantaban la línea de fuera de juego. Maxi aprovechó el agujero para meterle un magnífico pase a Dani, que no acertó a embocar por debajo de las piernas de Leo Franco. El segundo fallo lo cometió Velasco en una combinación en su propia área que habilitó a Serrano. Perea, un portento de velocidad y reflejos, recuperó metros como un ciclón y evitó el remate del extremo del Espanyol.

La falta de criterio en la construcción del juego del Atlético, se manifestó en que el mayor problema para el Espanyol lo constituyeron los movimientos en los que Fernando Torres se retrasaba. Se descolgaba hasta casi la zona de medios de su equipo. Jarque le echó el lazo cuando estaba en punta. Pero cuando se iba tan atrás, se desajustaba la defensa en zona del Espanyol. Es demasiado pedirle a Fernando Torres que sea el principio y el final de la jugada. Lo intentó. No debía concebir otra forma de crear peligro tal como estaba su equipo. No le llegaban balones de ninguna manera, ni por el centro ni mucho menos por las bandas, donde Nano y Aguilera apenas dieron síntomas de vida. Luccin no estuvo fino y junto a Sosa formó un dúo que nada generó. Acusó el francés largo periodo de inactividad que acaba de dejar atrás.

Ferrando trató de dotar de más pegada a su equipo. Tras el descanso, incorporó a Jorge en una banda derecha en la que nadie juega al gusto del técnico, que retrasó a Aguilera y retiró a Velasco. Los hechos se desencadenaron. García Calvo se tragó un centro de David García, desde la banda izquierda, el balón le llegó a Maxi cerca del punto de penalti y, por detrás, recibió una leve patada de Sergi al tobillo. Un penalti, digamos que ingrávido. Lo transformó Dani. Ferrando echó mano de toda su artillería. Dio entrada a Salva y retiró a Paunovic. Pareció que el entrenador atlético ordenaba a su equipo que pasara a jugar con una defensa de tres. No hubo tiempo para percibirlo. Empató cuatro minutos después. Lo consiguió Nano en el lanzamiento de una falta muy escorada a la derecha del ataque del Atlético. Su intención fue con toda seguridad la de centrar. Lo hizo muy cerrado, tanto que el balón se le fue encima a Kameni. El portero camerunés ratificó su fama. Es un guardameta ágil, que apunta magníficas maneras, que es todavía el menos goleado de Primera. Pero al igual que su mentor, N'Kono, se distingue por algunas acciones atípicas y algunos errores de bulto. El de ayer fue de los gordos. El balón le caía blandito. Pero le sobrepasó y se fue a la red.

El Atlético volvió a su esquema clásico, pero el Espanyol insistió. Buscó las cosquillas a la defensa atlética, que acabó echando el partido por la borda en la jugada de De la Peña. No reaccionó el Atlético. Se quedó tieso y perdido, como Fernando Torres que apenas apareció en la segunda parte, contagiado por el desdibujado juego de su equipo. Todo en beneficio de un Espanyol que no notó las bajas de sus centrales titulares, Lopo y Pochettino, y que, también privado de Tamudo hace un mes, se sitúa provisionamente segundo en la tabla.

Los jugadores del Espanyol y del Atlético saltan al campo con una pancarta de apoyo a la candidatura de Madrid 2012.
Los jugadores del Espanyol y del Atlético saltan al campo con una pancarta de apoyo a la candidatura de Madrid 2012.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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