Una fuga de amoniaco obliga a desalojar a un millar de vecinos en Tavernes Blanques
La madrugada de ayer fue movida en Tavernes Blanques. Cerca de las seis de la mañana, una nube de humo blanco de penetrante olor empezó a extenderse por los alrededores de la fábrica de la antigua empresa Oscar Mayer, recientemente adquirida por Campofrío, situada a la entrada del casco urbano desde la antigua carretera de Barcelona. La alarma se desató en el municipio de poco más de 8.000 habitantes, situado en el área metropolitana de Valencia. Un millar de vecinos, aproximadamente, que viven en los edificios más próximos al lugar fueron evacuados al instituto y el Ayuntamiento, mientras otras 2.500 permanecieron confinados en sus casas bajo las instrucciones de los servicios de emergencia, que acudieron poco después.
El origen del incidente fue una fuga en una conducción de un depósito de amoniaco, producto que se utiliza en el sistema de refrigeración de las instalaciones de la nave, dedicadas a matadero y elaboración de productos cárnicos. El escape se dio por controlado cerca de las nueve de la mañana, después de que bomberos del Consorcio Provincial, equipados con trajes especiales, lograran cerrar la llave de conducción del depósito y pulverizar la nube tóxica, formada al entrar en contacto con el amoníaco y volatilizarse. En el interior de la nave, la nube alcanzó altos niveles de toxicidad. Sin embargo, en el exterior ninguna persona resultó afectada, aunque los servicios sanitarios organizaron un disposito de alerta por si algún vecino requería atención médica.
Un total de 38 bomberos intervinieron en la operación de contención de la fuga de amoniaco. Estos efectivos emplearon ventiladores para expulsar el amoniaco del interior de la nave y aplicaron agua pulverizada para abatir el gas en su salida al exterior, según informaron fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos. Los bomberos, que calculan que la cantidad fugada ha sido de unos 3.000 o 4.000 litros de amoniaco, un producto "tóxico e irritante", destacaron que "en ningún momento se alcanzaron niveles de contaminación peligrosos en el exterior de la nave".
En el mismo sentido se expresó el consejero de Justicia y Administraciones Públicas, Miguel Peralta, quien señaló que la fuga de amoniaco ocurrida en una empresa cárnica de Tavernes Blanques no causó daños personales ni materiales, y que fuera de la fábrica no ha existido "en ningún momento" riesgo para la población, según las mediciones realizadas por los bomberos.
Sin embargo, el alcalde de Tavernes Blanques, Arturo Ros, del PP, anunció que mañana mantendrá una reunión con representantes de los vecinos evacuados por la fuga de amoniaco para estudiar las causas del suceso y evaluar la situación. Según dijo Ros a la agencia Efe, a partir de ahora, se abrirán expedientes informativos con el fin de esclarecer las causas del suceso, y no descartó la posibilidad de iniciar acciones legales contra la empresa, "siempre desde nuestra competencia y si los resultados de los estudio eigen depurar responsabilidades".
El alcalde de Tavernes aseguró que el Ayuntamiento ha elaborado un protocolo de cumplimiento de condiciones de la empresa con motivo de su cambio de titularidad (Oscar Mayer pasó recientemente a ser propiedad del grupo Campofrío) y que "en todo momento se estaba cumpliendo con la legalidad".
El alcalde relató que, ante la alarmante situación, los vecinos, sobre todo los de las fincas de alrededor de la fábrica donde se produjo la fuga, tuvieron una "muy buena respuesta" a las indicaciones de los servicios de emergencia. En un principio evacuaron a mil personas y las llevaron al Ayuntamiento y a las instalaciones del instituto. Ros señaló que ya se habían dispuesto 47 autobuses con alimentos y mantas para trasladar a los evacuados al polideportivo de Alboraia, aunque no llegó a ser necesario.
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