Rosendo celebra sus 20 años en solitario con 'Salud y buenos alimentos'
Rosendo, el chico de Carabanchel que se ganaba la vida haciendo botas de vino y cantando en el trío Leño, tiene ya 50 años y 20 de carrera en solitario a sus espaldas. Para celebrarlo, su discográfica, Dro, edita ahora la caja Salud y buenos alimentos, que incluye un recopilatorio de 35 canciones, 11 videoclips, 16 temas de un concierto en México y un CD, Rosendo rarezas, "de versiones que hice de canciones de otros artistas y que por primera vez se editan todas juntas", explicó ayer en Madrid. Además hay un dossier de Kike Turrón y Kike Babas en el que 12 compañeros de profesión -Santiago Auserón, Andrés Calamaro y Julián Hernández, entre otros- opinan sobre él. El cantante y compositor madrileño dio sus primeros pasos artísticos en Fresa, una orquesta de verbena que desembocó en Ñu, con la que grabó su primer single, Volando en sociedad.
"Salud y buenos alimentos es un trabajo muy serio. De los recopilatorios que se habían hecho antes terminé bastante quemado. La selección la había hecho quién sabe quién y en este caso lo hemos hecho de común acuerdo", contó Rosendo, que no presentaba disco desde Veo, veo, mamoneo, hace dos años. "Cuando se preparaba este disco yo estaba embutido en mi próximo trabajo y la verdad es que no he aportado nada novedoso", comentó sobre la grabación estos días en Almería de su nuevo álbum, que sacará en primavera.
En Rarezas Rosendo hace versiones de, por ejemplo, Vagabundear, de Joan Manuel Serrat; No dudaría, de Antonio Flores; Anda suelto satanás, de Joaquín Sabina; En el chino, de Radio Futura, y una nueva A las lombrices, que compuso para Amnistía Internacional. "Está bien para gente que me sigue y que a lo mejor no le apetece comprar el disco de otro artista", prosiguió. Seguirá subido a los escenarios, "aunque sé que es difícil entender a un rockero que no chille o dé saltos", y a sus 50 años intenta compensar la forma física con más calidad en las canciones.
Desde hace unos años, Rosendo ensaya en un local propio y echa de menos hablar con otros artistas: "He ganado en tranquilidad, pero he perdido la posibilidad de progresar técnica y musicalmente al estar con más gente. Recuerdo mucho la época en la que tenía mucho contacto con Ñu, Barón Rojo y otros grupos. Sería bonito hacer algo con ellos". No descartó tampoco colaborar con Ganjamoon, el grupo de su hijo Rodrigo. "Hacen una mezcla de reggae, funki y jazz que me da mucha envidia", confesó.
Quiere hacer un recopilatorio de las canciones de su etapa inicial en Leño, pero cuestiones legales lo han impedido de momento: "Tenemos una cinta de la gira que hicimos con Miguel Ríos, con un repertorio de 36 canciones. Es una joyita. La calidad no es muy buena, pero es muy gracioso". De sus conciertos en México, "en el más primitivo de los escalafones" -uno de ellos incluido en la caja-, no está muy satisfecho: "Fuimos con ilusión a dar cinco o seis conciertos en 15 días y dos o tres, los más importantes, no sé si por motivos políticos, se cayeron. Era una experiencia que tenía que vivir, y tengo la posibilidad de volver como novedad porque la trascendencia fue cero aunque había venido bastante gente a la rueda de prensa. No compensó los trastornos de movilidad".
Rosendo promete una nueva caja para dentro de 20 años, cuando tenga 70, porque, como los Rolling Stone, dice tener cuerda para rato.
Babelia
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