Rato destaca las "oportunidades de renovación económica" que plantea la ampliación europea
Isidro Fainé apuesta por combinar "la creación de riqueza con el respeto a las minorías"
Rodrigo Rato, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), destacó ayer en Valencia "las oportunidades de renovación económica" que lleva aparejada la ampliación europea a 25 miembros por encima del "desafío" que interpretan "a veces, los miembros más antiguos" de la Unión Europea. Rato subrayó los beneficios de la ampliación en términos de flujos comerciales y financieros. Pero aprovechó la ocasión para reclamar disciplina presupuestaria a los estados "antiguos" y afrontar el reto que supone el envejecimiento de la población.
El director gerente del FMI dictó la conferencia inaugural del tercer congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) que abordará durante dos días en Valencia estrategias de gestión de empresa en la nueva Europa.
Rato recordó que las últimas ampliaciones europeas "han generado un efecto de creación de comercio entre los miembros de la UE que supera en alrededor de un 40% el efecto de desviación del comercio". Apuntó que "los flujos comerciales y financieros ya han experimentado aumentos extraordinarios en la etapa previa a la incorporación" y aseguró que "los nuevos estados miembros, con una población considerable, un poder adquisitivo creciente y una población activa instruida aportan una fuente de demanda próspera y ascendente y nuevas oportunidades de mercado y de inversión para las empresas de toda la UE". Sólo lamentó las cortapisas acordadas a la libre circulación de mano de obra e invitó a los estados miembros a que "reduzcan al mínimo estas barreras artificiales".
Según los datos que baraja el FMI, el comercio en el seno de la UE ampliada es hoy un 30% inferior al estimado cuando se asiente la incorporación de los diez nuevos miembros. Lo mismo que la inversión extranjera directa es, sobre el papel, un 70% inferior a la posible. Dos variables que indican el enorme potencial de crecimiento de la nueva Europa.
Pero las buenas perspectivas no ocultan algunos nubarrones. Rato aludió al envejecimiento de la población europea y al diferencial de crecimiento de la UE frente a Estados Unidos como los dos mayores problemas. Para afrontar el primer obstáculo, Rato apostó por la disciplina presupuestaria. Para salvar el segundo propuso una mayor dedicación laboral.
Rato lamentó los "decepcionantes resultados" obtenidos por los estados antiguos en el desarrollo de la Estrategia de Lisboa, pactada en marzo de 2000, para convertir la UE en la economía más competitiva del mundo a través del fomento de la investigación, el desarrollo y la innovación; la mejora de la educación y el empleo; y el fomento de la actividad entre los mayores.
El reto de la ampliación europea, concluyó Rato, pasa por "gestionar los posibles trastornos" que genera la apertura de mercados y la nueva competencia "sin cercenar las oportunidades" que abre.
Isidro Fainé, director general de La Caixa y actual presidente de la CEDE, asumió la replica al discurso liberal de Rato debido a la ausencia del vicepresidente económico del Gobierno Pedro Solbes con una intervención de corte más social. Fainé invocó la "ciudadanía europea", "un acuerdo social que equilibre el peso de las distintas identidades culturales" y "la necesidad de combinar con acierto la capacidad de creación de riqueza y de bienestar con el respeto a las minorías". El también presidente de Abertis defendió la capacidad y preparación de los directivos españoles en comparación con sus colegas europeos para aportar su "capacidad intelectual, ejecutiva y capacidad de relación" con ánimo positivo a la tarea de consolidar la nueva Europa.
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