"Los clubes deben cobrar por ceder a los internacionales"

"La mejor opción" es su eslogan de campaña, pero la carta de presentación de Gerardo González Otero tiene un claro cartel: 18 años en la federación, de la que fue secretario general hasta que a principio del año pasado fue destituido por el presidente, Ángel María Villar, por "pérdida de confianza". Después de más de una quincena de años trabajando uno al lado de otro, mañana competirán por la presidencia de la federación.

Pregunta. ¿Qué intenciones le empujan a aspirar a este cargo?

Respuesta. Convertir en realidad un proyecto elaborado por un equipo de gente. Su finalidad es una nueva federación, más moderna, más eficaz, más dialogante, más cercana a la calle y situarla en el siglo XXI. El objetivo es limpiar la casposidad que tiene la actual y regirla por criterios empresariales.

"No tengo ninguna cuota de responsabilidad en cómo se distribuían las subvenciones y los recursos. Ni siquiera tenía firma en los bancos"

"Mi sueldo se fijaría con luz y taquígrafos. Lo que gane en cargos ajenos a la presidencia de la federación quiero que revierta en ella"

P. Después de 16 años con Villar, ¿usted qué cambio puede representar?

R. Simplemente, un nuevo estilo. Darle un nuevo estilo a la labor de la federación, abrir sus puertas, que desde fuera se pueda ver lo que hay dentro.

P. ¿Qué representa para usted alcanzar esta presidencia?

R. Realizar una función, y además, a plazo. Uno de mis compromisos es estar como máximo dos mandatos. Intentaría conseguir las mejores viviencias como persona y profesional, y punto.

P. ¿Este cargo es su meta?

R. No. Sería una etapa más. Mi intención es acabar una etapa en la federación para después realizar otras cosas e iniciar otros proyectos.

P. ¿Respetaría los cargos internacionales de Villar si usted llega a la presidencia?

R. Villar está elegido. De lo que se trata es de estar a favor del fútbol. No estoy en contra de nadie. Lo primero que debe prevalecer son los intereses del fútbol español, no los personales. Además, estoy convencido de que Ángel Villar nunca hará en sus cargos en la FIFA o en la UEFA nada, nada en contra del fútbol español.

P. ¿Qué aportaría al fútbol español que no haya hecho Villar?

R. Sustituiría el amateurismo compensado por auténticos profesionales con sueldos importantes. En este caso los niveles de exigencia y de responsabilidad son infinitos. Pagas, pero exiges. Eso tiene una traducción clarísima: la federación es mucho más eficaz, tiene más recursos y estos recursos van exclusivamente donde tienen que ir, al fútbol aficionado.

P. ¿El fútbol se ha convertido en su trabajo, en su profesión?

R. No. Es una continuidad, una nueva etapa. Sería una prolongación a 18 años en un sector donde he estado, pero con otra responsabilidad.

P. ¿Qué cuota le correspondería en los errores de Villar?

R. No lo sé. Habría que analizar caso por caso y seguramente en algunos tendré una cuota más o menos importante. En la que no tendré nada o cero es en oscurantismo, en saber cómo se distribuían en un momento determinado las subvenciones o cosas de ese estilo. Todo el mundo que conoce la federación sabe que, cuando accedí a la secretaría, mi misión era, por un lado, generar recursos, y por otro, encargarme de las cuestiones administrativas y de la organización de todos los eventos federativos. Ahí tengo una amplísima responsabilidad, pero ninguna en la parcela que siempre, siempre, ha estado en manos de otros. El mayor ejemplo, el ejemplo más gráfico, es que ni tan siquiera disponía de firma para los bancos.

P. Si gana Villar después de todas las irregularidades denunciadas, ¿cuál sería su opinión de aquellos que confiasen en él?

R. Soy respetuoso con la decisión de los demás. Si lo eligen y confían en él será un error que tendrá reflejo en poquísimo tiempo, pero yo lo admitiré sin ningún tipo de problema. Pero, repito, sería un gran error y un paso atrás del fútbol español de presente y de futuro. Una victoria pírrica.

P. ¿Qué opinión le merecen las declaraciones de Luis Aragonés por las que le han acusado de racista?

R. Fueron desafortunadas, pero se hicieron dentro de una privacidad. La federación tenía que haber intervenido de otra forma y adoptar medidas al saber que un mes después la selección se enfrentaba a la de Inglaterra.

P. ¿Pondrá límite a los mandatos presidenciales?

R. Figura en mi programa: un máximo de dos.

P. ¿Es partidario de que el presidente reciba un sueldo?

R. Pretendo ser presidente ejecutivo. Es público y notorio que no puedo vivir sin trabajar. El sueldo se haría con luz y taquígrafos. Lo que ganase en cargos ajenos a la presidencia de la federación, mi intención es que revierta a ella, que es la que me elige.

P. ¿Estaría dispuesto a contar con un seleccionador extranjero?

R. Inicialmente, no. Mi apuesta son entrenadores españoles. Si llega el caso de un extranjero, sería una situación límite y con una condición: que estuviese en el día a día del fútbol español.

P. ¿Prefiere una sede fija para los partidos de la selección?

R. No. Preconizo el equipo de todos. Todos han de tener en alguna ocasión la oportunidad de ver de cerca, de tocar a ese equipo nacional, aunque cada partido tiene su escenario.

P. ¿Es partidario de que los clubes cobren por ceder a sus internacionales?

R. Totalmente sí. Es una vieja reivindicación. Pretendo que los clubes se sientan parte del equipo nacional.

P. ¿Reduciría los equipos de la Liga?

R. No. Primero, es una cuestión de la Liga que nunca a priori va a triunfar. Sí soy partidario de armonizar el calendario mundial.