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Camps logra ser elegido presidente del PP valenciano con el 78% de los votos

Los partidarios de Zaplana, con una presencia testimonial, quedan fuera de los puestos clave

Francisco Camps fue elegido ayer presidente del PP de la Comunidad Valenciana con 561 votos (el 78%) en el XI congreso regional que se celebra en Castellón. Hubo 158 votos en blanco y siete nulos. El también presidente del Gobierno valenciano presentó una propuesta de dirección de su estricta confianza que incluye de manera testimonial a los principales referentes del sector afín al portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana. Camps barre de los puestos clave del partido a los zaplanistas, que no llegaron a presentar lista alternativa.

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Los partidarios de Zaplana renunciaron a presentar candidatura propia para "no crear una corriente" dentro de la organización valenciana y optaron por aceptar lo que les ofrecía Camps. El presidente del PP de la Comunidad Valenciana pidió a los compromisarios el apoyo a la candidatura presentada: "Para que funcione este partido ha de estar fuerte y unido. Este partido está por encima de cargos públicos, militantes y simpatizantes y ni un solo minuto desfalleceré porque este partido esté cohesionado, unido y fuerte". En la nueva dirección, Camps aúpa al puesto de secretaria general a una parlamentaria autonómica poco conocida en el partido pero vinculada a Mariano Rajoy, Adela Pedroso, y funde las tres vicesecretarías existentes en una, que pasa a estar controlada por Ricardo Costa, hermano del ex ministro de Ciencia y Tecnología Juan Costa y bien relacionado con el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, que ha facilitado la victoria de Camps en este congreso.

El secretario regional saliente y referente del sector zaplanista, José Joaquín Ripoll, reconoció que la lista presentada no es la que les hubiera gustado pero que la aceptaban por responsabilidad, aunque añadió: "Ahora no tenemos la responsabilidad".

La primera jornada del congreso de los populares valencianos estuvo trufada de tensión. Ambos sectores midieron fuerzas en la comisión que debatía la ponencia de Estatutos y Organización, fundamentalmente en torno a dos enmiendas presentadas por el sector afín a Zaplana. En la primera de las propuestas se pedía que no se crease la figura del presidente de honor -inicialmente prevista para Zaplana- porque el texto fijaba como requisito haber abandonado la actividad política. Condición considerada como una ofensa al ahora portavoz del PP en el Congreso por sus partidarios. La segunda enmienda pedía que no pudiesen entrar en la dirección regional quienes no estuviesen afiliados al PP valenciano. Una medida que, de haberse aprobado, hubiese dejado fuera de la dirección a los ex ministros José María Michavila y Federico Trillo tal y como había previsto Camps. La votación de estas enmiendas estuvo cargada de tensión, hasta el punto de que los compromisarios zaplanistas abuchearon al presidente de la mesa y se oyeron gritos de "tongo, tongo" porque el recuento de votos impidió, no sólo que prosperasen las modificaciones, sino que pasaran las enmiendas al plenario para su discusión. Sin embargo, en el plenario, transmitido por las cámaras de televisión, los zaplanistas votaron afirmativamente a la ponencia junto con los campistas para no evidenciar la división.

A pesar del apoyo a la candidatura presentada por Francisco Camps al Comité Ejecutivo Regional y a la Comisión Ejecutiva Regional, Ripoll aprovechó la sesión matinal para pronosticar: "Si complicados han sido los últimos años, no lo van a ser menos los próximos". El hasta ayer número dos del PP de la Comunidad Valenciana aprovechó su intervención para lanzar tres veladas advertencias a Camps. La primera que se había "olvidado lo más sencillo, contar con aquellos que hicieron la travesía del desierto y con los que se han ido incorporando". El segundo aviso fue ideológico: "No somos un partido democristiano, ni demócrata liberal, ni socialdemócrata. Somos un partido liberal y tolerante, de centro reformista". "Llevamos al partido al centro político y no debemos dejar que se escore a ningún otro lugar", sentenció. El tercer toque de atención tuvo un carácter territorial: "El PP ha de ser un partido que mantenga los equilibrios territoriales. Lucharé y me esforzaré para que los alicantinos cuenten en este partido. Debemos fortalecer un partido que sume, no que reste y divida".

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