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Reportaje:FÚTBOL | 12ª jornada de Liga: el gran clásico

...Y Ronaldinho, tan feliz

Lesionado un año atrás, el brasileño aguarda con pasión su primera cita con los blancos en casa

"¿Presión? Ninguna. Ahora mismo Ronaldinho estaba cantando en el vestuario". Así respondió Eto'o en la sala de prensa cuando se le preguntó por la situación en que el Barça afronta la visita del Madrid. "Bueno, sí", constató acto seguido el brasileño; "he comprado un radiocasete para el vestuario. Pero todos ponemos música, aunque creo que las combinaciones de canciones brasileñas que pongo gustan a los compañeros".

Ronaldinho pone música, canta y exhibe su eterna sonrisa. No hay razón para cambiar de humor. Decisivo en el último Madrid-Barça, hoy disputará su primer clásico en el Camp Nou, motivo suficiente para que toda su familia, con su madre, Miguelina, al frente, haya viajado a Barcelona. "Ninguno de los míos quiere perderse el partido", comenta; "el curso pasado tuve una decepción muy grande porque perdimos y no pude jugar por culpa de una lesión. Esta vez estoy a punto".

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Ronaldinho versus Ronaldo

"En Brasil veía siempre los resúmenes del clásico del fútbol español", recuerda, "y pensaba en que sería bonito poder jugarlo. Tengo muy presente todavía el gol de Romario el año del 5-0", insiste; "en el viaje de esta semana a Ecuador conversamos con Ronaldo acerca del partido. No cruzamos ninguna apuesta. Ronaldo es mi amigo, una persona muy especial y el mejor jugador del mundo". No son simplemente palabras. El año pasado, por ejemplo, Ronaldinho le pidió la camiseta a Ronaldo cuando fue sustituido en el Camp Nou. "Me gustan los clásicos. Paralizan el mundo entero", prosigue el delantero azulgrana. "Me motivo especialmente porque sé lo que representa para cada afición, y muy especialmente para la del Barça. Quiero vivirlo desde la cancha y no desde la grada", dijo el suramericano, que hace un año vio con impotencia la derrota de su equipo, sentado en el césped, en la banda, al lado del banquillo.

Aun cuando está concentrado en el partido, procura atender a todos los compromisos, como, por ejemplo, el de fotografiarse, ayer, con una familia mallorquina: "No sé si sabré coger a la niña porque es muy pequeña", confesó al padre de la criatura. Los aficionados le buscan constantemente, aunque sea para contagiarse de su optimismo, mientras los periodistas le requieren a diario por su estado de forma. "No estoy peor que la temporada pasada", reitera; "la única diferencia es que marco menos goles". Sólo cuenta tres, uno en la Liga, y de penalti, y dos en la Champions, el último, exquisito, porque fue el que abatió al Milan en el penúltimo minuto. "No soy un goleador, sino un pasador", aclara y se remite a la jugada que permitió a Xavi marcar la pasada temporada el gol del triunfo en el Bernabéu. "La meta no es que yo marque un gol, sino ganar". Asegura que está recuperado de su lesión en el tobillo derecho y no le importa que le cuenten las pelotas que pierde cada partido, incluso si originan el gol del rival, como ocurrió ante el Betis: "Estoy bien y tan a gusto en el Barça que pienso que puede ser el club de mi vida".

A sus 24 años, Ronaldinho aspira a ganar el Balón de Oro pese a que Deco y, sobre todo, Shevchenko se presentan como favoritos, a la espera de que el brasileño sorprenda con su magia. El azulgrana tiene enamorado a la mayoría de los ex futbolistas brasileños, especialmente a Tostão, que en una declaración de amor en el Jornal do Noticias ha visto en él algo del regate de Rivelino, de la visión de Gerson, de la irreverencia de Garrincha, de la velocidad de Jairzinho, de la técnica de Zico y de la creatividad de Romario.

Otros entendidos sostienen que Ronaldinho es un jugador tan desequilibrante que sus compañeros le buscan pocas veces durante el partido. Xavi, por ejemplo, recordaba ayer: "Busco a Ronaldinho y siempre está. Pero Eto'o me las pide todas, y Deco". A la espera del balón, el genio azulgrana procura recrear punto por punto los detalles que le recuerdan que hoy afronta un partido de los grandes.

SCIAMMARELLA

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