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Reportaje:

Técnicas para quitarle años al arte

El Servicio de Restauración del Museu de Belles Arts de Castellón utiliza la última tecnología para la restauración de papel

María Fabra

Por arte de birlibirloque, donde no había papel, vuelve a haberlo. No es magia, pero es lo más parecido a un hecho extraordinario. La lámina se mete en la reintegradora, se añade la pulpa de papel disuelta en agua y, de repente, esquinas inexistentes, muescas, agujeros y otros desperfectos que atestiguan el paso del tiempo, desaparecen. El rectángulo que originalmente formaba la lámina vuelve a ser, prácticamente, perfecto. Con otro color, una textura semejante, pero prácticamente perfecto. Ésta es sólo una de las máquinas que acaba de adquirir el servicio de restauración del Museu de Belles Arts, dependiente de la Diputación de Castellón, en donde se están preparando las piezas que se exhibirán en la exposición sobre la Real Fábrica de Cerámica de Alcora. Se trata de plantillas, trepas y estarcidos que se encontraban en el archivo del Museu y que, a lo largo de cerca de doscientos años, han sufrido importantes desperfectos. La reintegración cromática se puede realizar pero, según el criterio que sigue este servicio, nunca debe aplicarse a documentos de archivo o biblioteca y sólo en algunas ocasiones a piezas de bellas artes. Para la reintegración del papel se utiliza lino o algodón, en el caso de los documentos más antiguos, a los que se añade sulfato de conífera en las piezas que fueron realizadas a partir del XIX. Al contrario de lo que pueda parecer, el papel de los siglos anteriores se conserva mucho mejor que cuando, hace doscientos años, se empezó a utilizar pasta de madera.

La maquinaria, compuesta por la reintegradora, una mesa de succión, una prensa de vacío, una soldadora, un reflectógrafo, termohidrómetros, luxómetros y medidores de humedad, ha supuesto una inversión de cerca de 200.000 euros, lo que ha posibilitado, según la responsable del servicio, Carmen Pérez, el posicionamiento del mismo "a la cabeza de los existentes en la Comunidad Valenciana". "Fue el primero que se creó en la Comunidad Valenciana, el que más tradición tiene y el que, tecnológicamente, está más avanzado", añadió Pérez.

No en vano, el servicio tiene un encargo muy especial cuyos frutos podrán verse en la misma exposición. Por primera vez, The Hispanic Society of America ha depositado parte de sus fondos para ser restaurados en España. Y es Castellón el lugar elegido para la rehabilitación de cerca de un centenar de piezas que hace un año la asociación compró en una subasta parisina. The Hispanic Society of America se gastó un millón de dólares en su adquisición que tiene como "estrella" un busto del mismo Conde de Aranda, o don Buenaventura Pedro do Alcántara Jiménez de Urrea, fundador de la Real Fábrica de Alcora, en 1727. Es el único busto policromado que se conoce del conde y será expuesto junto al que conserva el propio Museu, realizado en blanco.

El trabajo para The Hispanic Society of America ha sido posible gracias a un convenio que la asociación firmó con la Fundación Blasco de Alagón por el que se restaurará el lote adquirido en París y se exhibirá en Castellón.

Con estos precedentes, el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, aseguró ayer que será la capital de La Plana la que albergue la sede del Instituto Valenciano para la Conservación y Restauración del Patrimonio de la Generalitat Valenciana. El Instituto, según Fabra, estará presidido por la responsable del servicio de restauración de la diputación y ex directora general de Patrimonio, Carmen Pérez.

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