El segundo 'túnel de la risa' ya se abre paso bajo la Puerta del Sol

La enorme tuneladora que horada el subsuelo del centro de Madrid para construir un segundo túnel ferroviario de siete kilómetros entre Atocha y Chamartín -el llamado túnel de la risa- está ya bajo la Puerta del Sol. Esta semana enfilará las calles de Montera y de Hortaleza en su camino hacia Nuevos Ministerios, adonde los operarios esperan llegar el próximo marzo, según han explicado a este periódico responsables técnicos del proyecto. Después quedará por excavar el último tramo, hasta Chamartín, acondicionar el túnel en toda su extensión y reorganizar el tráfico ferroviario. La nueva infraestructura, a cargo del Ministerio de Fomento, debe estar lista a principios de 2007.

La construcción del segundo túnel de la risa, que tanto revuelo armó cuando fue anunciada por el Ministerio de Fomento en 2003 -aunque el proyecto data de 2001-, avanza ahora silenciosamente por las entrañas de la ciudad. Tras las elecciones generales del pasado marzo, el PSOE mantuvo el plan de obra aprobado por los antiguos responsables del PP: la infraestructura debe estar terminada en 2007 y el presupuesto inicial es de 259 millones.

Pero el túnel estará excavado mucho antes, en siete u ocho meses. La enorme tuneladora de 9,3 metros de diámetro que se sumergió en el asfalto de la glorieta de Atocha hace tres meses ha recorrido ya 1,5 kilómetros y se encuentra en este momento bajo la Puerta del Sol, según responsables del proyecto. Pasa inadvertida para los miles de peatones y vehículos que la atraviesan cada día, pero ahí está, a 30 metros de profundidad. Ahora acometerá el subsuelo de las calles de Montera y de Hortaleza, en dirección a Nuevos Ministerios. Este primer tramo de 4,5 kilómetros está adjudicado a ACS-Dragados. El siguiente, 2,5 kilómetros entre Nuevos Ministerios y Chamartín, lo realizará Ferrovial.

El túnel lo proyectó el anterior ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, con el argumento de que era la única manera de descongestionar la estación de Atocha, que soporta un tránsito de 560 trenes diarios por sus raíles. "La carga de las líneas que discurren por el túnel actual entre Atocha y Nuevos Ministerios supera durante algunas horas del día el 100% de capacidad", afirmaba hace un año el entonces Gobierno popular en una respuesta parlamentaria a IU.

Y añadía la nota: "La elevada ocupación de los trenes en las horas punta dificulta la evacuación de éstos, circunstancia agravada por el hecho de que los andenes también están saturados. La previsión es que en algunos días del año pueda producirse un colapso de las cercanías de Madrid".

La obra incluía, en origen, dos macroestaciones intermedias entre Atocha y Chamartín: una en Sol-Gran Vía, la más grande, y otra en Alonso Martínez. Las dos están sin empezar, de forma que lo más probable es que el túnel esté más que terminado antes de que puedan entrar en funcionamiento. La de Alonso Martínez, además, pende de un hilo porque Fomento, la Comunidad y el Ayuntamiento no se ponen de acuerdo en cómo financiarla (es la única parte de la obra que no pagará sólo el ministerio).

Inventario de edificios

El recorrido que sigue la tuneladora pasa junto a los cimientos de 33 edificios catalogados con la máxima protección -por su valor histórico o monumental- y de otros 52 que cuentan con nivel 2 de protección; el 70% de estos inmuebles está en el tramo Atocha-Gran Vía -el que hasta ahora ha recorrido la máquina- y 16 de ellos, situados junto a la Puerta del Sol, corren especial riesgo porque tienen más de un siglo de vida y vigas de madera.

Fomento se comprometió, cuando anunció el proyecto, a levantar acta notarial del estado de todos esos edificios para que los vecinos puedan reclamar si el paso de la tuneladora causara daños a sus viviendas o comercios. Un notario debe visitar las casas, ver si tienen grietas y certificar en qué estado de conservación se encuentran para luego, si se producen daños, poder acreditar que fue culpa de la tuneladora.

Ese inventario ya se ha realizado, al menos en lo que respecta a los inmuebles junto a los que pasará la máquina "antes de fin de año", según ha respondido el Gobierno a la portavoz municipal de IU, Inés Sabanés. Pero ella subraya que Fomento sólo dice haber hecho "fotos generales: mirar las fachadas y las grietas que se detectan a primera vista". "Eso no es suficiente, tienen que entrar en los edificios y ver realmente cómo están", reclama.