El discreto bufete de la sobrina en Luxemburgo
En la discreta Luxemburgo, paraíso de cuentas y negocios opacos, el rastro de Francisco Paesa se confunde en el anonimato de sociedades que no son más que pantallas. El bufete de la sobrina del prófugo, Beatriz, aparece con una sencilla plaquita dorada: B. García, en un edificio de la céntrica plaza de Armas de Luxemburgo.
Bajo la placa onomástica, otra señala: Étude Juridique (Bufete de Abogado). En el buzón, compartido con Inmo-Kartier, un par de sobres esperan ser retirados. El nombre B. García sobre el timbre aparece prácticamente borrado de tanto uso, pero a la caída de la tarde de ayer nadie atendía las llamadas en el edificio, donde tienen su sede otras sociedades y una fundación. Los bajos comerciales los ocupa Pizza Hut.
No lejos de allí, en una zona residencial, se repite de nuevo el maridaje de personas físicas y jurídicas, esta vez en un edificio de apartamentos de factura moderna de cuatro plantas y ático, en una calle de agradables hotelitos burgueses. En el buzón aparece ahora Bèatrice García. Beatriz no tiene causas con la justicia.
Una voz de alguien que no se atreve a abrir la puerta responde: "García, creo que es en el segundo". Otra persona dice no saber quién vive en cada puerta de la segunda planta y tampoco reconoce a nadie cuando se le muestra una foto de Paesa. Una tercera confiesa no poder contar nada sobre García: "Sólo nos saludamos cuando coincidimos". En el inmueble tienen también su sede diversas sociedades financieras, de creer a los carteles que hay en varias puertas, algunas con nombre de fonética española.
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