La cara dulce del turismo rural
MAS DE CANICATTÍ, arquitectura confortable a media hora de Valen cia
Citroturismo, ¿por qué no? Igual que el enoturismo, esa pasión incipiente por la cata de vinos, la visita de bodegas y la pernoctación entre viñedos, los naranjales de Valencia ofrecen inmejorables condiciones para la explotación turística de sus alquerías como hoteles rurales. Así lo han entendido Ángeles Fuertes y su hija Sara, quienes, con la ayuda de Ángel García Puertas -arquitecto y, a su vez, propietario del Mas Passamaner, en el campo de Tarragona; la Finca de las Salinas, en Lanzarote, y la Casa del Abad de Ampudia, en la Tierra de Campos palentina-, acaban de convertir el Mas de Canicattí en uno de los complejos hoteleros más rotundos y preciosistas de la ribera mediterránea. Tan apasionante les está resultando la experiencia que ya tienen en proyecto la construcción de un centro de interpretación de cítricos en la propia finca.
MAS DE CANICATTÍ
Categoría: sin clasificación oficial. Dirección: carretera de Pedralba, kilómetro 2,9. 46695 Vilamarxant (Valencia). Teléfono: 961 65 05 34. Fax: 961 65 05 35. Internet: www.masdecanicatti.com. Instalaciones: jardín, piscina, salas de convenciones para 300 personas, gimnasio, sauna, centro de salud y belleza, salón de estar, restaurante. Habitaciones: 16 dobles, 11 'suites'; todas con baño, calefacción, aire acondicionado, teléfono, minibar, TV satélite, secador de pelo y albornoz. Servicios: una habitación adaptada a discapacitados, no admite perros. Precios: temporada alta, 195 euros + 7% IVA; temporada baja, 150 euros + 7% IVA; desayuno, 15 euros + 7% IVA. Tarjetas de crédito: American Express, Diners Club, MasterCard, Visa, 6000.
Arquitectura ... 8
Decoración ... 6
Estado de conservación ... 9
Confortabilidad habitaciones ... 6
Aseos ... 6
Ambiente ... 9
Desayuno ... 9
Atención ... 9
Tranquilidad ... 9
Instalaciones ... 8
A la casa madre se accede por un camino sembrado primorosamente de buganvillas y naranjos, anticipo colorista de unas dependencias engastadas y hundidas en la tierra, vigorosas en su estructura y atrevidas en lo arquitectónico. Un patio con aires de hacienda mexicana, algo iconoclasta en el relieve cromático de sus tapias y ciertamente respetuoso con la planta original del edificio, distribuye los salones y dormitorios alrededor de sus fuentes y acequias.
García Puertas no ha resistido la pulsión tintorera de sus ejecuciones anteriores y se ha explayado a gusto en las habitaciones más añejas con una decoración efectista de virtuosidad fallera. Salvo la 105, ambientada en tonos neutros. Aunque, por sus dimensiones y detalles, la 202 reúne los ingredientes para darse un lujo rural.
Cubo de hormigón, roble y acero
En las antípodas estilísticas, el arquitecto muestra lo mejor de su proyecto en el nuevo pabellón soterrado frente a la casa madre. Un cubo vanguardista de hormigón, roble, acero y vidrio estructural en el que se acoplan, sin perder la visión exterior de los naranjos, un centro de negocios con capacidad para 300 congresistas y el comedor, capaz de crear una ilusión óptica high-tech. Aquí, el chef de origen suizo Joachim Koerper, que también está al frente del restaurante Girasol, en Moraira, propone elaboraciones muy serias y unos desayunos conceptuales servidos en mesa por un equipo disciplinado y competente.
Pero hay algo más bajo tierra. Un túnel de diseño brutalista y apariencia de nave orbital conecta el pabellón con el área de spa, atendido por Lucía Peris, bajo cuya experiencia el termalismo en España ofrece nuevas opciones hidroterapéuticas, y los cítricos, en Valencia, otro placer delicatessen.
'SPA' CON NARANJAS
LA GESTIÓN de un centro termal en una finca de naranjos era la propuesta que Lucía Peris necesitaba para abrir una vía de investigación e introducir en el Mas de Canicattí un concepto innovador de hidroterapia con cítricos. La propietaria, Ángeles Fuertes, no ha escatimado medios en dotar al spa de unas nutridas instalaciones y un equipamiento en la vanguardia tecnológica.Sin dejar de lado el ambiente zen del balnearismo actual, la amplia carta de tratamientos incluye originales citroenvolturas vitamínicas que conjugan el poder desintoxicante e hidratante de las naranjas mediterráneas con los efectos alisantes del trigo tierno, los reafirmantes de la Kigelina y el Shiitaké, así como el poder tónico de los aceites esenciales de Manuka y Lemongrass. Otras envolturas constituyen toda una experiencia sensorial gracias a los efectos relajantes del aceite esencial de Neroli mezclado con la macadamia, la palma roja y la manteca de karité, junto a la madera de sándalo, el incienso, la mirra y el petit grain. En dichas envolturas se añaden, según los gustos del cliente, ajedrea, pimienta, ciprés, angélica, lavanda, pomelo, albahaca, hisopo, salvia sclarea y otras especias.Los precios de estos tratamientos están en línea con lo habitual en otros balnearios y centros wellness. Un baño relajante de naranjas, de media hora de duración, cuesta 30 euros. El baño Canicattí, que añade burbujas, 36 euros. Una exfoliación con cáscaras de naranjas, 40 euros. La exfoliación cítrico-Vichy, 45 euros. Un tratamiento hidrofacial Kumquat de una hora de duración, 60 euros. Y finalmente, un masaje aromático con naranjas y toallas calientes, de una hora larga, sale por 60 euros.
ALREDEDORES
A UNOS 20 KILÓMETROS del mar, Vilamarxant cierra por el sur la comarca valenciana del Camp de Túria, entre Llíria y Benaguasil. Desde la finca se pueden emprender excursiones a pie por el monte e impregnarse el olfato de naranjas, especialmente en primavera, cuando florece la flor del azahar. Los amantes de las motos cumplen todos los años en Cheste el sueño de ver a sus ídolos en la última prueba del Campeonato del Mundo de Motociclismo. Y si la cosa va de callejear, obligado es coger el coche y desplazarse a Valencia, apenas a media hora del hotel.
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