El Barça cura su resfriado
Los azulgrana suman su segunda victoria europea ante el Olimpia
Aunque apareció con leves síntomas de gripe, el Barcelona encontró en Liubliana el mejor antídoto para curarse del pequeño resfriado que le atacó en Alicante. Probó todo tipo de antivirales, le costó dar con el adecuado, pero cuando lo encontró -y le costó más de lo que indica el marcador-, sumó su segunda victoria en la Euroliga (69-83).
Fue, sin embargo, un proceso complejo. Como si el frio exterior le hubiera atenazado, el Barcelona que saltó a la cancha recordó a un equipo de lo más mediocre: incapaz de parar los rápidos y certeros contrataques del Olimpia; más imposibilitado aún para acertar con el aro contrario. De modo que, sin hacer grandes esfuerzos, a los eslovenos les resultó más que fácil hacer una primera escapada en el marcador (9-2, cuando casi había transcurrido la mitad del primer cuarto).
UNION OLIMPIA 69 - BARCELONA 83
Olimpia: Rodríguez (2), Bocevski (15), Boisa (8), Bazdaric (20), Ozbolt (15) -cinco inicial-; Mali (0), Mance (4), Markoishvili (3) y Pavic (2).
Barcelona: Ilievski (7), Navarro (15), Bodiroga (13), Fucka (12), Dueñas (13) -cinco inicial-; De la Fuente (6), Drejer (17), Trias (0) y Grimau (0).
Árbitros: Koukoulekidis (GRE), Sahin (TUR) y Paternico (ITA).
Complejo Tivoli. Unos 5.200 espectadores.
4º CUARTO
3º CUARTO
2º CUARTO
1º CUARTO
13-15
28-25
20-17
8-26
Así las cosas, con un Barça maniatado e inoperante, Joan Montes se vio obligado a llamar a sus jugadores al orden y reconstruir una defensa que hacía aguas por todas partes. La rompía el portorriqueño Rodríguez con sus rápidos contrataques. La agujereaba Bazdaric desde el perímetro -el Olimpia hacía gala de una excelente circulación del balón-. La quebraba Ozbot cuando se zafaba bajo el aro azulgrana. Por si eso fuera poco, los jugadores del Barça descuidaban los rechaces que escupía su aro y se empeñaban en conceder aún más ventaja perdiendo los balones más tontos.
La llamada de atención de Montes, sin embargo, surtió el efecto deseado: el Barça recompuso su defensa y, de la mano de un inspirado Bodiroga -anotó seis puntos consecutivos-, logró cerrar la brecha abierta por los eslovenos y poner el broche al cuarto por delante (13-15).
Más asentados los dos equipos en la cancha, el segundo cuarto pareció un juego de tanteo: ora comandaba el Barça, ora se adelantaban los eslovenos, mucho más acertados desde el perímetro que los azulgranas que, a punto de cumplirse los 20 minutos de encuentro, sólo se habían intentado un triple.
El equipo de Montes buscaba sacar petróleo del contrataque, de la velocidad, toda vez que Bodiroga había perdido protagonismo en el juego ofensivo. Y el Olimpia, sin grandes noticias de Boisa, la nueva estrella de los eslovenos, el jugador que en estos inicios de temporada había maravillado con sus actuaciones estelares, encontró en Bazdaric y Ozbolt el mejor castigo para Fucka y Dueñas, muy lentos en sus reacciones. Al descanso, el marcador resumía la igualdad: 41-40.
Con todo por decidir, el Barça salió dispuesto a sentenciar el encuentro en el tercer cuarto. Por unos minutos, lo pareció. Más acertados en el tiro de media y larga distancia, rápidos en sus transiciones, los azulgranas le inflingieron al Olimpia un parcial de 1-9 para, instantes después, alcanzar una buena ventaja: 45- 53. Fue entonces cuando Bazdaric decidió que no le pondrían las cosas tan fáciles al Barça. Buscó la línea de tres y, en un periquete, el Olimpia le devolvió la bofetada al Barça (11-0) para dejar todo como al inicio del periodo.
Montes abroncó a los suyos, redibujó la pizarra y puso a Dueñas y a Fucka a trabajar. Fue la clave. Los dos gigantes azulgrana lograron agujerear la zona eslovena, sin que el Olimpia encontrara el modo de contrarrestar su superioridad. Con el camino desjado, Drejer y Navarro se sumaron a la fiesta para asegurar un final de lo más plácido.
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