La Complutense muestra los libros y grabados japoneses que inspiraron los primeros cómics
La biblioteca complutense Marqués de Valdecilla presenta hasta el 10 de enero una interesante colección de grabados japoneses de la época Edo, procedente del legado de Juan Carlos Cebrián, ingeniero militar español, que los acopió en numerosos viajes a través del mundo. A lo largo de su vida, entre 1848 y 1935, Cebrián reunió más de 200.000 libros, donados por él luego a distintas instituciones culturales españolas.
Precisamente, esta colección patrimonio complutense procede de la madrileña Facultad de Bellas Artes, que, a su vez, la heredó de un legado de Cebrián a la Real Academia de San Fernando.Para el espectador no iniciado en los secretos del arte nipón, los libros y grabados expuestos compondrían una charada indescifrable, de no ser por la cuidadosa labor explicativa -supervisada por la directora de la biblioteca Marqués de Valdecilla, Ana Santos Aramburo- desplegada por los comisarios Sergio Navarro, profesor español en Tokio, y Ángeles Vian, bibliotecaria de la Facultad de Bellas Artes. Han trabajado de consuno para hacer comprensible el universo gráfico que los grabados y libros mostrados atesoran. Datan de la época Edo, desde mediado el siglo XVII hasta principios del periodo imperial Meiji, entre 1868 y 1912. Incluyen representaciones de teatro denominadas kabuki, más otras relativas a las vidas de los actores, a las de las mujeres bellas (bijing) y geishas que solían acompañar a las representaciones teatrales; incorporan, además, relatos gráficos de danzas, vidas de príncipes y samuráis, así como otros episodios cuyo relato compone lo que el arte japonés denomina ukiyo: todo hecho efímero de la vida cotidiana que sucede y produce placer.
El visitante comprueba con asombro la minuciosidad instrumental de los grabadores japoneses, agrupados en escuelas cuya metodología y oficio rubricaron su vocación descriptiva: finura de trazo y delicadeza en la administración del color, proyectadas ambas sobre una gestualidad mimosamente conseguida, dotan a las representaciones de la figura humana de actualidad perenne. Tal es su arte.
Entre efluvios de sándalo que aroman la estancia, llama la atención la disposición de personajes y situaciones que informan viñetas en extremo familiares a los visitantes. Muchas permiten evocar el germen de una propuesta gráfica que, mediados los años cincuenta del siglo XX, se instaló en la cultura occidental como género cargado de personalidad expresiva: el cómic. Líneas, rasgos, colores y textos, en sabia mixtura combinados, crean desde cada viñeta -orihon en japonés- unidades narrativas de tanta calidad expresiva que su fuerza desborda los límites de sus componentes elementales y adquiere significados de viveza insuperable.
Flores de Edo, samuráis, artistas y geishas. Biblioteca Marqués de Valdecilla. Noviciado, 3, metro Noviciado. De lunes a viernes, de 10.00 a 21.00. Sábados, de 11.00 a 20.00. Domingos y festivos, de 11.00 a 15.00.
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