Vida eterna en directo
Endemol construye una aldea a la afueras de la ciudad alemana de Colonia, el plató de un futuro 'Gran hermano para siempre'
Un encierro hasta la eternidad. Al menos eso pretenden los planes de la productora Endemol, que a partir de marzo de 2005 pondrá en marcha en Alemania Big Brother forever (Gran Hermano para siempre), cuyos protagonistas estudiarán, trabajarán, comerán y se reproducirán delante de las cámaras a lo largo de varias décadas. Actualmente, una media de dos millones de alemanes siguen en el horario de máxima audiencia de la cadena RTL II la convivencia en un concurso similar a GH -que se estrenó en marzo de 2000-, pero limitado a un año de telecárcel. Y para que todo funcione como en la vida misma en este reality-show sin fecha de vencimiento, se construye en las cercanías de Colonia un laboratorio social que -sobre una superficie de 4.000 metros cuadrados- incluye una iglesia, una plaza, tiendas y un parque.
A diferencia del personaje que interpretó Jim Carrey en El show de Truman, que no era consciente de que lo observaban, los participantes en el GH eterno -que vivirán en grupos, y seleccionados entre colectivos de parados- podrán tener controladas las 100 cámaras y 120 micrófonos que los observarán las 24 horas del día.
Uno de los posibles candidatos es Jerry Bejaouli, un alemán de origen tunecino de 24 años. Según ha declarado al periódico Die Welt am Sonntag, para él la vida eterna en GH "sería como un cuento de hadas". Jerry es un viejo conocido del formato, y uno de los personajes menos tímidos que han pasado por el concurso, observado por millones de testigos mientras practicaba sexo oral. En la aldea inventada por la televisión encontraría su entorno perfecto. Según Die Welt am Sonntag, Jerry ya se imagina trabajando y engendrando hijos con Lydia, que aún está encerrada. Según asegura, "es algo natural", y pregunta: "¿Qué tiene de malo?".
Jo Groebel, psicólogo del Instituto Europeo de Medios, cree que la existencia artificial que construirá Gran Hermano para siempre encierra el peligro de que sus protagonistas se vuelven adictos a ella y no puedan regresar a la vida real.
Por su parte, el productor de GH, Rainer Laux, sostiene que el show simplemente responde a la demanda del mercado y que quien participe es consciente de lo que le espera.
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