La mitad de los jóvenes que conducen de noche supera la tasa de alcohol

Los jóvenes de 16 a 25 años beben mucho alcohol por las noches. La mitad de los hombres supera la tasa de alcoholemia autorizada para conducir, y un 58% de los conductores siempre bebe, según sendos estudios de la Universidad Carlos III de Madrid y la Fundación Alcohol y Sociedad (FAS), que han demostrado la amplitud de la costumbre de conducir bebido entre los chavales. La FAS propone que los chicos organicen turnos en sus pandillas para elegir un conductor abstemio cada noche. En 2003 murieron 1.222 menores de 25 años en accidentes de tráfico.

La idea generalizada sobre el ocio nocturno de los jóvenes españoles es que éstos beben mucho cuando salen de fiesta. El estudio más exhaustivo sobre el asunto hasta el momento, realizado por el Instituto de Seguridad de Vehículos Automóviles de la Universidad Carlos III de Madrid, lo ha demostrado. El equipo del catedrático Valentín Díaz ha realizado 4.000 entrevistas a chavales de entre 16 y 25 años en los lugares de marcha más concurridos de Cataluña, Andalucía, Madrid, Galicia y la Comunidad Valenciana, y les ha pedido que soplen por el etilómetro.

Las conclusiones del experimento -que los menores de 25 se tomaron "como un divertimento", según cuenta Díaz- son aterradoras: un 53,7% de los hombres superaba el límite de 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado que marca el Código de Circulación. El porcentaje de los chicos que presentaban un nivel de alcohol de 0,15 miligramos (tasa fijada para los conductores noveles) era el 70,8. En cuanto a las mujeres, el 23,5% también superó el límite de 0,25. Además, la mitad de las chicas habían bebido como para marcar más de 0,15 miligramos por litro de aire espirado.

Madrugada de sábado en cualquier ciudad de España. El 84% de los chavales que pululan por las zonas de bares está bebiendo alcohol. El 62% de los jóvenes de 16 a 25 años que ríen, bailan y siguen bebiendo, lo hace siempre en grupo, y el 71% de ellos ha llegado al lugar en coche. Entre los conductores hay un 58% que está consumiendo alcohol. Y el 37% de los chicos reconoce que ha sufrido accidentes en los que intervino el alcohol.

1.222 menores de 25 años se dejaron la vida en accidentes de tráfico el año pasado. Casi la mitad de los muertos en accidentes los fines de semana (éste habían muerto 13 personas y nueve resultaron heridas hasta las ocho de la tarde de ayer, según la DGT) son menores de 30 años.

Salir por las noches y tomar alcohol es una costumbre inveterada en un país en el que el lema "Si bebes no conduzcas", que balbuceaba Stevie Wonder en 1986, no cala entre la juventud. El 95% de los jóvenes sabe que beber es incompatible con conducir, pero repite cada fin de semana una de las conductas más peligrosas al volante. ¿Qué hacer entonces? La Fundación Alcohol y Sociedad parte de la realidad del ocio juvenil para proponer una figura que puede salvar a muchos chavales de morir en carretera: el conductor alternativo.

El sistema es sencillo: "Hoy conduzco yo, y por eso no beberé; el próximo día te toca a ti, que me llevarás sano y salvo a casa". La institución dirigida por Jaime Gil Robles comienza hoy una campaña de publicidad en televisión con el nombre "Programa un conductor cada noche". Un espectro ronda a la gente que sale de una discoteca; la parca se abalanza sobre los jóvenes que van con un conductor borracho que sufren luego un accidente, pero se enfada cuando los de otro vehículo, que aplican el programa, escapan de la guadaña. La chica que lleva este coche pregunta sonriendo mientras se abrocha el cinturón: "A ver, ¿a quién le toca la semana que viene?".

La FAS pasea por las zonas de bares una grúa del RACE con un coche destrozado. Recuerdan así, en el lugar de consumo, que se debe elegir un conductor abstemio antes de consumir alcohol. "Beber y conducir mata; es así de claro, aunque no sepas cuándo será tu turno", dice Gil Robles.

La idea del conductor alternativo nació en el Reino Unido, que ha pasado de ser el país donde más se conducía beodo a estar al final de esa tabla. "Han aplicado el palo y la zanahoria, combinando la represión y el rechazo social de estas conductas con el estímulo de comportamientos positivos; y les ha ido bien", explican en la FAS. Un ejemplo: si a un médico o a abogado británico le pillan bebido al volante, aparte de ser sancionado, pierde su licencia profesional.