El doble galimatías de Hamilton
El galimatías de la sangre comenzó con otro ciclista del Phonak, el campeón olímpico estadounidenses Tyler Hamilton. Una cadena de errores y retrasos que ha servido al corredor y a su equipo para poner en duda la validez del método de detección de las transfusiones sanguíneas y que comenzó en la olímpica Atenas según el informe de los observadores independientes de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) publicado la semana pasada.
El 19 de agosto, el día siguiente de que Hamilton ganara la prueba contrarreloj, se analiza su sangre en el laboratorio antidopaje. Tres días más tarde llega el resultado. El informe del laboratorio remitido al director médico del Comité Olímpico Internacional (COI), Patrick Schamasch, lo clasifica como negativo con una anotación: hay sospechas de transfusión. Telefonea al director del laboratorio, quien muestra dudas sobre la acreditación de sus instalaciones para validar el primer positivo de la historia por transfusión y Schamasch archiva el expediente.
Después, por desgracia, se congela el resto de la muestra sanguínea de Hamilton. Tres semanas después, y tras ser convencido por la comisión científica de la AMA y por el intercambio de correspondencia entre los científicos del laboratorio de Atenas, Schamasch informa del caso al presidente del COI, Jacques Rogge, y éste, a su vez, al sueco Arne Ljunggvist, presidente de la comisión médica del COI.
Se crea una comisión de expertos independientes. Es el 9 de septiembre. El 11, en Valencia, Hamilton gana una etapa contrarreloj en la Vuelta. Se le extrae una muestra de sangre que es enviada al laboratorio de Lausana. El 16, en la ciudad suiza, la comisión de expertos que estudió el análisis olímpico de Hamilton rinde su veredicto: positivo. No muy lejos, y no se ha precisado si antes o después, los técnicos del laboratorio que han analizado la muestra de la Vuelta, llegan a la misma conclusión: positivo. A Hamilton le informan al mismo tiempo de los dos positivos. Hamilton se retira de la Vuelta y organiza su defensa. Logra un triunfo efímero: no se hace el contraanálisis de la muestra de Atenas porque al descongelarla se destruyeron los glóbulos rojos. Rogge le informa de que así es imposible la sanción del COI. El contraanálisis de la Vuelta confirma el positivo poco después. El caso está en la agencia antidopaje estadounidense (USADA), quien hasta enero no procederá a su estudio.
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