De nuevo, buenas noticias sobre el empleo

El domingo pasado comentaba en esta columna los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre, señalando como datos más importantes la aceleración del ritmo de creación de empleo. Esto me daba pie a concluir que, en contra de la evolución de otros indicadores y del deterioro del clima de confianza, el crecimiento del PIB había dejado de desacelerarse en el último trimestre, como lo hizo en los dos primeros del año. La cifra adelantada esta semana por el Banco de España (2,6% en tasa interanual, es decir, la misma que en el segundo trimestre) confirma esta conclusión. Veremos qué nos dice el INE dentro de unos días cuando, con carácter de un primer flash, publique su estimación. Lo de menos es si la economía crece una décima arriba o abajo, lo importante es contrastar si continúa la tendencia a la baja de la primera mitad del año, pues si ello fuera así y los precios del petróleo no remitieran desde sus elevados niveles actuales, las perspectivas para el próximo año se verían seriamente comprometidas. Afortunadamente, los últimos datos sobre la economía española y sobre el petróleo van en la buena dirección.

Los datos de afiliación a la Seguridad Social y paro registrado han vuelto a sorprender positivamente

Esta semana se han publicado las afiliaciones a la Seguridad Social y el paro registrado de octubre, y de nuevo los datos han vuelto a sorprender positivamente. El crecimiento interanual del número de afiliados en el último día del mes -que es el dato que se publicaba antes- se ha situado en el 3,1%, cuatro décimas por encima de la tasa media del tercer trimestre, si bien dicha tasa parece sesgada por la erraticidad y las múltiples incidencias que suelen afectar a una fecha determinada, especialmente si la misma coincide con un fin de semana o el inicio de vacaciones. Utilizando la media diaria de afiliados -dato que ha empezado a publicarse con el cambio de Gobierno y que es más significativo a efectos analíticos-, la tasa es menor, del 2,8%, pero también mantiene la tendencia al alza (gráfico central).

Por su parte, el paro registrado aumentó en 30.600 personas en octubre, pero, descontando los efectos estacionales -que es como deberían publicarse las estadísticas para que los medios de comunicación y la opinión pública se hicieran una idea más cabal de las tendencias de los distintos indicadores-, este aumento se convierte en una disminución de 19.600, continuando la tendencia a la baja que se observa en los últimos meses (gráfico derecho). Por cierto, el Inem también publica ahora, aunque no se comenta, el número de demandantes de empleo no ocupados (DENO), que vendría a ser el paro registrado utilizando las mismas definiciones de paro que utiliza la EPA. Éstos ascendieron en octubre a 2,08 millones de personas, es decir, 439.000 más que las que se dan como parados registrados. Es ésta una cifra muy similar al paro estimado por la EPA para el tercer trimestre. No hay, por tanto, diferencias significativas entre las dos estadísticas. La eterna polémica y confusión sobre el alcance del paro obedece sólo a una cuestión de definiciones. Lo que debería hacerse, en aras a aumentar la transparencia y a evitar la manipulación con fines políticos, es adaptar las definiciones del paro registrado a las de la EPA, que son las homologadas internacionalmente.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas).