El número de inmigrantes detenidos en pateras cae un 23%

En los primeros 10 meses de este año han sido detenidos 13.053 inmigrantes que intentaban entrar en el territorio nacional en pateras. En el mismo periodo de 2003 fueron 17.061, un 23% más. La cifra de sin papeles ha bajado cada mes, de mayo a octubre, respecto al mismo periodo de 2003. Los sistemas de vigilancia en el Estrecho y la eficacia de la Guardia Civil han incrementado las detenciones de patrones.

El fenómeno de la entrada ilegal en España por medio de pateras desde las costas marroquíes y del Sáhara Occidental parece entrar en una curva descendente. Durante el mes de octubre, y por sexto mes consecutivo, ha bajado la cuenta de extranjeros interceptados cuando intentaban entrar en el territorio nacional en este tipo de barcas respecto al mismo periodo de 2003. Si se toman los datos desde el 1 de enero al 31 del mes pasado proporcionados por la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, la cifra de inmigrantes detenidos por la Guardia Civil ha bajado un 23% (4.008 menos) respecto a los arrestados el año pasado.

Aunque el número de embarcaciones sólo sea un dato relativo puesto que las mafias de traficantes cambian el tamaño de las lanchas en función de distintas variables -aunque la tendencia más reciente sea hacerlas más grandes-, este dato también ha bajado: hasta octubre se han inmovilizado en puerto 201 embarcaciones menos que en 2003 (631 barcas).

Vigilancia reforzada

Las cifras de detenidos sin papeles por zonas refleja que en las costas de la región del Estrecho de Gibraltar (que a estos efectos abarca Andalucía, Región de Murcia, Ceuta y Melilla) ha bajado un 32%. Si en los primeros diez meses de 2003 fueron 9.437 los interceptados en este área, en 2004 se arrestó a 6.375 personas. El reforzamiento del Sistema de Vigilancia Exterior (SIVE) en las costas del sur peninsular y los mejores medios con que cuenta la Guardia Civil, han provocado que la eficacia en la lucha del instituto armado contra el tráfico de seres humanos en el Estrecho sea cada vez más alta.

Así, fuentes de la Secretaría de Estado afirman que ahora se intercepta "al 99% de las pateras que intentan arribar a Andalucía", de modo que la detención de los patrones de las barcas ha aumentado un 678% hasta noviembre. En este periodo de 2003 se detuvo a 18 responsables de pateras; en 2004 han sido 140 los arrestados. Los responsables de este tráfico cruel que juega con la vida misma de sus víctimas, deberán pasar de cuatro a ocho años en prisión si son condenados. La Administración continúa extendiendo el radio de acción del SIVE para que alcance toda la costa granadina y la provincia de Almería.

En Canarias, en cambio, la disminución del número de sin papeles detenidos es menor (un 12% menos) a pesar de la mayor longitud y penosidad del trayecto entre el Sáhara Occidental y las islas atlánticas respecto a la travesía del Estrecho. Los arrestados, la mayoría cuando intentaban alcanzar la costa de Fuerteventura, la isla más próxima a África, fueron 6.674 desde enero frente a los 7.674 del mismo periodo del año pasado.

44 cadáveres recuperados

Otro indicio que señala la tendencia a la baja del tráfico de personas por mar es motivo de doble alegría. Los naufragios han bajado un 25% hasta noviembre (se han producido nueve) y el número de cadáveres recuperados tras el fin fatal de estos viajes se ha reducido un 44%; a 31 de octubre de 2004 se recogieron 44 cuerpos de inmigrantes del agua, mientras que en el mismo periodo de 2003 hubo que enterrar 96. La cuenta de personas dadas por desaparecidas también ha disminuido fueron 40 en 2004 frente a 100 en 2003.

Los marroquíes siguen triplicando a los nacionales del siguiente país en la lista de sin papeles interceptados en pateras. 6.404 magrebíes fueron detenidos hasta noviembre; 2.188 afirmaron provenir de Malí. Si a los marroquíes se les expulsa fácilmente en virtud de los acuerdos firmados con Rabat, los malienses, junto a los gambianos que entraron en este periodo (1.308), forman el grupo más amplio de indocumentados que no podrán ser expulsados dado que sus países no reconocen su nacionalidad y se niegan a recibirlos de vuelta.