Cadena de máximos

Los mercados financieros y de materias primas parecen buscar ahora la calma que les ha faltado en los últimos meses, situación que propicia diversas y variopintas interpretaciones. Para algunos analistas el futuro está más despejado en estos momentos, mientras que son muchos los que no esperan nada bueno del previsible deterioro de las cuentas públicas estadounidenses ni del confuso entorno geopolítico.

Con este ambiente, y el juego que está dando la Bolsa estadounidense en los últimos días, los máximos anuales caen por su propio peso aunque no sin que las bolsas pasen antes por un proceso de realización de beneficios que tiene la virtud de poner nerviosos a los inversores más conservadores.

El Ibex 35 subió ayer el 0,43% y redondea una semana en la que ha subido el 1,81% tras marcar cuatro máximos anuales consecutivos. Los 8.570,60 puntos en que cerró este índice no se alcanzaban desde diciembre de 2001. El índice general de la Bolsa de Madrid ganó el 0,46% y cierra en 902,92.

El dinero respondió con cierta cautela a esta nueva propuesta de subida de los mercados, sobre todo porque a primeras horas de la mañana menudeaban las órdenes de venta en torno a los principales valores. Al final, la contratación en el Mercado Continuo mejoró la de la jornada anterior en casi 400 millones de euros, para situarse en 2.727,66 millones, de los que sólo 450 procedían de operaciones institucionales.

Las dudas sobre la tasa de paro en Estados Unidos se despejaron pronto gracias a una lectura voluntariosa por parte de los analistas de aquel país, que decidieron que la subida de una décima, hasta el 5,5%, en el índice de desempleo tiene menos importancia que la creación de más puestos de trabajo de los que ellos mismos habían pronosticado.

A media sesión, el índice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York subía el 0,72%, con lo que reducía las pérdidas anuales al 0,62%. El nuevo descenso del precio del petróleo hasta la zona de 48,45 dólares por barril influyó mucho en esta nueva subida.