La misteriosa pupa de Roberto Carlos
El brasileño atribuye su baja forma a que le pesan las piernas desde la pretemporada y a una supuesta lesión
Uno de los "secretos" mejor guardados en el mediático vestuario del Madrid se desveló ayer en Kiev. Al parecer, Roberto Carlos lleva varios meses lesionado. Nunca ha aparecido su nombre en un parte médico ni se sabe qué demonios le duele y cuándo se lastimó, pero, un día antes de la inquietante cita de hoy de los madridistas con el Dinamo, el brasileño esgrimió ciertas pupas como causa de su baja forma. Un argumento que tiró a la cara a la prensa. ¿Cuándo espera alcanzar su nivel de juego de otros cursos?, le preguntaron al lateral, que soltó de sopetón: "Siento las piernas pesadas desde la pretemporada, por eso ahora subo al ataque cuando hay que subir, de vez en cuando". Disculpe, insistió un periodista, ¿ha dicho que desde la pretemporada le pesan aún las piernas? "Sí, sí, me noto cansado desde la pretemporada y..., además, tuve una lesión que ustedes, que hablan por hablar, no saben, y todavía estoy recuperándome". ¿Una tendinitis? "También". No hubo más pistas, ni alusiones directas a la planificación de Camacho, el técnico veraniego del Madrid, diseñador de la pretemporada, avalista decisivo en la renovación de Roberto Carlos y, curiosamente, diana preferida de éste en su diatriba contra los males que lastraron al equipo en las primeras jornadas. "Corremos demasiado", dijo Roberto Carlos, de 31 años, poco antes de la espantada del técnico murciano. Por entonces, al igual que ahora, ya le pesaban las piernas. El jugador confía en que sea pasajero: "Dentro de poco espero estar mejor físicamente y hacer de nuevo mis jugadas y meter goles". Lo cierto es que Roberto Carlos aún no ha marcado en la Liga, lleva un gol en el torneo europeo y apenas ha rematado nueve veces en los tres partidos de Liga de Campeones ya disputados, en los que no ha dado ningún pase de gol. Unas prestaciones normales en cualquier lateral, pero llamativas en el mejor jugador en su puesto de la última década.
"Si yo fuera entrenador, haría lo que hace el 'míster'; con tres o cuatro defensas basta"
Mientras tanto, a la espera de sanarse de esas presuntas dolencias que no le han impedido ocupar su puesto desde el inicio de la temporada, el lateral se mostró encantado con el experimento de García Remón, que desde el viaje del Dinamo de Kiev a Chamartín ha decidido jugarse un órdago con todo un batallón ofensivo en el equipo titular. A Roberto Carlos la idea le seduce. "Está muy bien, lo importante es que detrás de la pelota haya tres o cuatro jugadores y que cuando no tengamos la posesión los de arriba se replieguen un poco. Si yo fuera entrenador", apostilló, "haría lo mismo, porque los buenos tienen que estar siempre y el Madrid está obligado a jugar así".
El brasileño -que sostuvo que el Madrid "tiene una de las mejores defensas de la Liga"- también tuvo otro recuerdo indirecto de los tiempos de Camacho. Se mostró partidario de jugar siempre con el mismo sistema, en casa o fuera, y deslizó que en Leverkusen -donde el Madrid fue vapuleado en septiembre (3-0)- hubo variaciones en la pizarra y el equipo lo pagó. De la apuesta actual hay un detalle que le disgusta: la insuficiente posesión. Frente al Getafe, en el último partido de Liga, fue evidente. "Queremos llegar muy rápido, tenemos demasiada prisa en resolver y, al precipitarnos, perdemos muy rápido el balón. El entrenador lo sabe y lo hablará con nosotros".
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