Vuelta a los orígenes
La mejor Liga empieza marcada por el último triunfo de los Pistons y el fracaso de la selección estadounidense en Atenas
En las últimas temporadas, la NBA se ha caracterizado por un juego que exalta el individualismo por encima de las virtudes del grupo. Muchas han sido las teorías que, escudándose en la evolución física del jugador norteamericano, han defendido un juego menos técnico y más atlético, basado en sistemas que fomentan el uno contra uno. Como consecuencia de ello, jugadores como Tracy McGrady o Allen Iverson se han convertido en referentes para la juventud.
Cuando parecía que la tónica se repetiría otro año más, Detroit Pistons demostró que se puede ganar jugando en equipo y que no hace falta acumular jugadores all-star en la plantilla para aspirar al título.
Los Juegos Olímpicos de Atenas confirmaron los peores temores. El jugador norteamericano carece de las virtudes que llevaron al baloncesto de este país a dominar el panorama mundial: cada día bota, pasa y tira peor. Como consecuencia de ello, Argentina o Lituania han suplantado a Estados Unidos como referente en el baloncesto internacional.
Con vistas a la temporada 2004-2005, que empieza en la madrugada española del martes al miércoles, LeBron James y compañía deberán volver a los conceptos básicos que exaltaron Magic Johnson, Larry Bird o Isiah Thomas.
- Favoritos. Detroit Pistons. El equipo de Larry Brown mantiene el bloque que le dio el campeonato en junio. Además, añade a su rotación al pívot Antonio McDyess y al polivalente argentino Carlos Delfino. La promesa serbia Darko Milicic pasará otro largo curso sentado en el banquillo.
San Antonio Spurs. Es la alternativa más sólida a los Pistons con un Tim Duncan que será el jugador referencia en la Conferencia Oeste. El fichaje de Brent Barry añade tiro exterior y experiencia. Ginobili parece un fijo en el quinteto inicial y formará pareja con Tony Parker.
Miami Heat. El fichaje de O'Neal le convierte en candidato al título. Dwyane Wade será la segunda opción en el ataque. La aportación de Eddie Jones y el rendimiento del resto de la plantilla determinarán hasta dónde pueden llegar los Heat.
Minnesota Timberwolves. Conserva la estructura que el año pasado le permitió dar el salto de calidad definitivo. Garnett volverá a hacer una temporada de mvp. Sam Cassell debe mantenerse sano para que el equipo aspire al título.
Sacramento Kings. Los eternos aspirantes pierden a Vlade Divac y echarán de menos su liderazgo. Brad Miller volverá a hacer una gran temporada. ¿Podrán convivir Webber y Stojakovic en el mismo vestuario? De ello dependerán gran parte de sus opciones.
- Clásicos a la baja. Los Ángeles Lakers. Kobe Bryant podrá convertirse en el máximo anotador de la NBA, pero los Lakers sufrirán para acabar entre los ocho primeros en el salvaje Oeste. La experiencia de Vlade Divac contrarrestará la juventud de un equipo que carece de un base de garantías.
Boston Celtics. ¿Quién le iba a decir al orgullo de Massachusetts que se vería eclipsado en su propia ciudad por los Red Sox y los Patriots, campeones de las Ligas de béisbol y fútbol americano respectivamente. La caótica política de fichajes de Danny Ainge puede dejar la primavera de Boston sin baloncesto por segundo año consecutivo.
New York Knicks. Algo es seguro en la Gran Manzana: todo jugador es transferible. Stephon Marbury y el nuevo fichaje Jamal Crawford deberán demostrar que saben pasar el balón.
- Gasol y López. Después de un verano en el que Pau Gasol demostró al mundo que es capaz de dominar a cualquier nivel, Jerry West, director general de los Grizzlies, hizo lo que debía: renovarle por el máximo y reafirmar su condición de jugador franquicia. Los Grizzlies mantendrán el estilo de juego solidario que les permitió llegar a los play-offs por primera vez en su historia. Este curso, Pau y los suyos volverán a jugar en mayo.
La temporada se presenta como determinante para Raúl López, que intentará demostrar a su técnico, Jerry Sloan, que puede mejorar las prestaciones del pasado y eventualmente ocupar el puesto de titular. La contratación de los pívots Carlos Boozer y Mehmet Okur y el talento de Andrei Kirilenko devolverán a los Jazz al lugar que ocuparon durante el decenio de los noventa.
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