_
_
_
_
_
Reportaje:Apuntes

El extraño caso del textil

Docentes y alumnos achacan al miedo a las matemáticas y física el escaso tirón de la ingeniería exclusiva de Alcoi

Las matemáticas y la física han acabado por convertirse en el problema para el crecimiento de la Ingeniería Técnica Textil en Alcoi. Al menos eso es lo que se desprende de las opiniones de profesores y alumnos de la Escuela Politécnica Superior de Alcoi (EPSA), al ser preguntados por las causas de la baja matriculación en esta carrera. El curso acaba de empezar con 12 nuevos alumnos, una cifra que no está en sintonía con la amplia demanda de ingenieros titulados surgida de las empresas que sirven de motor económico en las comarcas textiles de L'Alcoià y El Comtat. "El año pasado acabaron la carrera con proyecto final 12 ingenieros y la oferta de 20 puestos de trabajo que llegó a la EPSA no llegó a cubrirse", se lamentaba Pablo Díaz, subdirector de Departamento Textil de la EPSA. Este profesor, que también fue alumno de esta titulación, puntualiza que, pese a todo, el número de estudiantes de esta especialidad nunca ha sido elevado. Pero no hasta el punto de llegar al nivel del curso 2003-2004, en el que, con sólo tres matriculados en primer curso, se tocó fondo.

La baja matrícula no encaja con la alta demanda de ingenieros titulados en el sector

"Si hay unos estudios que tienen su razón de ser en Alcoi, son los correspondientes a la titulación de Ingeniero Técnico Textil". Así opina Enrique Masiá, director de la EPSA, a la vista de las necesidades de técnicos superiores que refleja el sector. La preocupación por el estado de esta ingeniería la comparten los directores de las Escuelas Técnicas de Béjar y Tarrasa, dependientes respectivamente de las Universidades de Salamanca y Cataluña. Juntos han empezado a trabajar en un Libro blanco de la ingeniería textil que adecue esta titulación a las exigencias de la Unión Europea. En el proyecto se han implicado la Asociación de Empresarios Textiles de la Comunidad Valenciana (ATEVAL) y la comarcal (ACETEX), "para elaborar junto a los empresarios del sector los perfiles profesionales del nuevo ingeniero textil", explicó Masiá.

Sin alumnos, este trabajo acabaría por caer en saco roto. Se confía en que el repunte de matrícula de nuevo acceso en el presente curso se mantenga en el futuro. Sin embargo, la pregunta obvia sigue ahí: ¿qué es lo que frena a los estudiantes a cursar una carrera con pronta y segura salida laboral y con el trabajo al lado de casa?

Para David Cuesta, subdirector de la EPSA no es más que "el miedo a enfrentarse a una titulación donde las matemáticas y la física son asignaturas fundamentales". Así explicó la predilección de los futuros universitarios por las carreras de letras, pese a que las técnicas ofrezcan mayores garantías de trabajo al finalizar los estudios. Añadió que hay estudiantes que no inician la Ingeniería Textil y optan por la Formación Profesional "sin saber que el 45% de los alumnos universitarios de la EPSA están desarrollando prácticas en empresas". Este último caso es el de Mónica Gisbert, que a sus 22 años ya está trabajando en el laboratorio de una empresa textil alcoyana. Se incorporó a la firma Marcial González de Alcoi a finales del curso pasado antes de acabar sus estudios y con todo tipo facilidades. "En la empresa se adaptaron a mi horario para que pudiera acabar la asignatura que me quedaba y pudiera presentar el proyecto final de carrera". A la hora de explicar el porqué del escaso interés que despierta en los futuros alumnos esta titulación, recordó lo difícil que fue para ella el primer año enfrentarse a las matemáticas y la física y cómo necesitó la ayuda de un profesor particular para aprobar estas asignaturas. "Yo tenía claro que quería estudiar esta carrera y por eso continué. Los profesores deberían de ayudar y hacerlo más simple", explicó. Los cursos siguientes "con materias más ajustadas al ámbito textil" fueron "mucho más interesantes", aseguró. Para superar este obstáculo, la Universidad Politécnica de Valencia, de la que depende la EPSA, puso en marcha el programa Integra. La EPSA ha ido más allá con sesiones de matemáticas y física "para ayudar a superar este bache y conseguir formar nuevos ingenieros", explicó Georgina Blanes, subdirectora de Alumnado.

Profesores, alumnos y empresarios

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

coinciden en que el sector textil "siempre ha salido de sus crisis con innovación"

El director de la EPSA y empresario, Enrique Masiá, defiende que en un futuro las familias seguirán consumiendo productos de textil hogar, aunque entiende que el sector será muy diferente al actual. "Tendrán más uso las nuevas tecnologías y los textiles técnicos. Eso significa que se necesitarán personas que estén formadas para seguir investigando e innovando", concluyó.

La ampliación del campus de la EPSA, pendiente de la aprobación del Plan de Reforma Urbanística por parte del ayuntamiento de Alcoi, aportará más de 10.000 metros cuadrados de nuevo espacio universitario junto a los nuevos aularios en los también nuevos edificios de Ferrándiz y Carbonell. Allí se prevé que se construyan nuevas zonas de ocio, más aparcamientos y también haya un puesto destacado para los laboratorios de la EPSA donde sus estudiantes puedan desarrollar investigaciones en las distintas ingenierías. Esta es la aportación que alumnos como Mónica Gisbert pueden ofrecer al sector textil. "Es la manera de competir con las empresas de países emergentes como China o Turquía y garantizar la continuidad del sector textil en estas comarcas", señaló esta ex alumna.

Los aularios, despachos y laboratorios de la EPSA están divididos entre los edificios de Ferrándiz y Viaducto a los que asisten alrededor de 2.500 alumnos que reciben clases de 11 titulaciones.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_