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Reportaje:

Sidenor abandona la estrategia global

Sabino Arrieta deja la gestión, divide la empresa y se limita a ser mero propietario

El primer fabricante español de aceros especiales va bien y cerrará el año con 14 millones de euros de beneficio en España y cerca de 60 millones dólares en Brasil. Sin embargo, se ha parado. Sabino Arrieta, su principal accionista, a los 52 años y casi diez después de la privatización, abandona el día a día, separa los negocios de España y Brasil y pone al frente de las empresas ejecutivos.

Sidenor separa su negocios de España y Brasil, ambos en beneficios, y los convierte en empresas de acero independientes

Sidenor hoy es casi sinónimo de Sabino Arrieta. Ex viceconsejero de Interior del Gobierno vasco y militante del PNV, Arrieta, hoy ya ex presidente de Corporación Sidenor, sufrió las críticas de su partido y del Gobierno vasco cuando se hizo con el control de la empresa tras la privatización. El entonces consejero de Industria era partidario de que el grupo público pasara a manos del grupo vasco GSB. Así, se dijo que la empresa duraría poco y que sería pasto de una operación especulativa. Nada fue realidad y Arrieta emprendió una marcha de crecimiento acelerada a la vez que impulsaba dentro de su empresa los principios de gestión del llamado Informe Cadbury y abría las puertas de la empresa a los consejeros independientes.

Lejos de la acción política, aunque manteniendo su militancia, Arrieta impulso en la empresa el plan 2000 cuyo objetivo era la globalización, seguir al gran fabricante del automóvil y crecer en todo el mundo. La pretensión final era firmar con las grandes multinacionales acuerdos de venta globales, para sus plantas en diferentes continentes. Arrieta aseguraba en el año 2000 que la disyuntiva era "estar globalizado para dar servicio o ser fagocitado". Se trataba de colocarse entre los tres primeros del mundo en aceros especiales para lo que dio varios pasos con mayor o menor fortuna. No cuajó su intento para asociarse con Mahindra & Mahindra en India. Fue su primer varapalo a la política de globalización, pero aun así, lo siguió intentando. El siguiente mercado objetivo fue el Nafta. El intentó de entrar en EE UU no se cerró, pero sí se adquirió por unos 35 millones de euros el 51% de las siderúrgicas Atlax y Metamex. Se empezó su transformación desde la producción del acero común a los especiales, pero el socio local no quiso seguir avanzando y la Corporación Sidenor vio una oportunidad de venta y se desprendió de su filial "con unas ligeras minusvalías".

La tercera gran operación internacional, que fructificó y aún sigue vigente, fue la compra en el año 2000 del 58% del capital de la empresa brasileña Acos Villares, que tiene una cuota del 50% del mercado de aceros especiales de Brasil y cotiza en Bolsa.

Pero todo este proyecto de expansión ha llegado a su fin. Sabino Arrieta se ha cansado y siente que nadie ha comprendido su pelea. Abandona tras realizar una última operación en Bilbao para salvar lo salvable de Cilindros Bolueta, una empresa que el pasado año iba directa a la quiebra. El equipo de Gobierno municipal de Bilbao (PNV, EA e IU) pidió a Sidenor que se hiciera cargo de la empresa para salvar el empleo, parte del negocio y recalificar los terrenos para realizar viviendas protegidas. Arrieta lo hizo y el PP le acusó de especular y de tráfico de influencias. De hecho, los populares presentaron una querella que fue archivada. Arrieta que salvó parte de la producción y se hizo cargo de la plantilla (parte se jubiló y parte trabaja en Sidenor). En el lugar de la fábrica se están edificando viviendas sociales.

Tirar la toalla

El coste social de la operación le ha llevada a Arrieta a tirar la toalla y dejar la primera línea empresarial para ser exclusivamente propietario y cobrar el dividendo. Fuentes próximas al empresario aseguran que la operación ha salido redonda, tal y como pidieron los grupos políticos, y que nadie ha salido a dar la cara tras las críticas del Partido Popular.

Hace tres semanas hizo pública su intención de separar los dos negocios. En ambos estará como accionista Arrieta, pero no tendrán conexión. Arcos cuenta con cuatro fábricas en Brasil con 3.097 empleados y prevé tener este año 60 millones de dólares de beneficio. Sidenor Industrial tiene en España cuatro plantas grandes (Vitoria, Reinosa, Basauri y Villalba y varias fundiciones pequeñas) y cuenta con 2.800 empleados. La previsión es cerrar el año con 14 millones de euros de beneficio que crecerán probablemente el año que viene hasta 16 millones. El pasado año tuvo unas pérdidas de 1,1 millones y el año anterior de 5 millones. La facturación consolidada de la Corporación Sidenor será este año de 980 millones de euros.

Al frente de la empresa española Arrieta ha colocado a Anton Sustacha de presidente no ejecutivo y a José Antonio Jainaga, hasta ahora director general, como consejero delegado. En Brasil en Arcos en una reunión del consejo de esta semana Arrieta ha abandonado la presidencia.

Dimensión excesiva

Fuentes próximas a Arrieta aseguran que las dos empresas de forma conjunta tenían una dimensión excesiva para ser digeridas por un gran grupo, sin embargo, por separado pueden ser golosas. Aunque aseguran que Arrieta no ha puesto el cartel de "se vende", sí dicen que ante un buen precio podría hacerlo, "como cualquiera vendería su propia casa".

Hace unos días Jainaga destacaba el esfuerzo inversor que la empresa ha hecho desde su privatización con inversiones de 260 millones de euros. De esta cantidad casi 100 millones se destinaron a la nueva acería de Basauri. En el capítulo de inversiones Sidenor estudia destinar 34 millones a sus plantas de Reinosa y Basauri. 25 millones se destinarán en tres años a ampliar la capacidad de producción de cilindros en Reinosa y nueve a producir aceros inoxidables en Basauri.

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