"Owen se mueve tan rápido como en la 'PlayStation"
A sus 19 años, Álex Pérez, hijo y hermano de futbolista, se muestra encantado tras su brillante estreno con el Real Madrid en Leganés
No recuerda el año, pero sí el miedo que le entró. Álex Pérez, que el martes fue el mejor jugador del Madrid en Leganés, repartiendo con gusto el balón con el guante que lleva en la zurda -"la derecha la tengo sólo para andar"- ya adelantó sus dotes "allá por 1994 o 1995", en la final de fútbol 7 que disputaron en Bilbao los niños del Real Madrid y el Bayern de Múnich. Metió tres goles, pero no lo celebró. "Poco antes del partido me dijeron que mi madre había sufrido un accidente de tráfico, así que salté al campo pero me fui pitando. ¿Cómo iba a celebrarlo?".
Pese a un apellido tan usual Álex no es un cualquiera: lleva los genes de Miguel Pérez, extremo derecha en el Madrid de finales de los sesenta. "Siempre, pero sobre todo de pequeño, he escuchado eso de 'estás donde estás porque eres un enchufado', pero a esas voces no les hago caso", recuerda con regusto; "estoy supercontento de tener un padre así".
Álex no lo sabía, pero su progenitor le vio el martes desde la grada. "No tenía ni idea, y aunque siempre me sentí muy cómodo, de haberlo sabido quizá hubiera estado más nervioso", suelta. Pese a los consejos y haber sido marcado por la envidia de más de uno, no puede decir que su juego bebe en el de su progenitor, que ahora trabaja en Segovia en las obras del AVE. "Él era más rápido, pero también influía que el fútbol de entonces no era como el de ahora".
Sea como sea, García Remón le sustituyó en el minuto 52 y el equipo lo notó. Un motivo más para sacar pecho, error en el que Álex no cayó. "Hubo muchas sonrisas, Samuel me regaló su camiseta, Butragueño bajó del palco a felicitarme... todo fue muy rápido, supongo que así deber ser cuando nos imaginamos flotando".
A la peculiaridad del momento contribuyó la llamada de su hermano Miguel, con poca suerte esta temporada en el Numancia. "Me contó que se sorprendió mucho de cómo lo hice; yo le he dicho que mucho ánimo". Con una familia así, y con tales genes corriendo por sus venas, Álex no podía ser otra cosa que futbolista. Eso fue lo que vaticinó su madre en el quirófano: "Sí, parece ser que dijo que no iba a tener ni un niño ni una niña, sino un futbolista".
A sus 19 años, Álex, "un chico más del Parque de Lisboa, de Alcorcón", espera no caer en el olvido que acompañó a tantos niños prodigio. "Y trabajar duro". De momento ya ha debutado con el primer equipo, compartiendo titularidad con Samuel, Owen y Morientes. "Jugar con ellos es superfácil", rememora. "Hubo un momento que Owen y Morientes se movían tanto y tan rápido que me parecía estar jugando a la PlayStation".
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