Vecinos de Bellavista contentos

Los firmantes de esta carta no tenemos otro objetivo que el manifestar nuestro agradecimiento al actual grupo de gobierno del Ayuntamiento de Sevilla, empezando por el alcalde y terminando por los delegados de Urbanismo, Tráfico y del Distrito Sur, por el felicísimo inicio de las obras del bulevar de Bellavista.

Por fin, este barrio tantas veces olvidado y muchas más castigado ve cumplirse el que es para todos nosotros el mayor y posiblemente más deseado sueño. La profunda herida que en 1958 se le inflingió a Bellavista con la implantación de la carretera nacional IV que desde Madrid discurre hacia Cádiz, dentro de unos pocos meses va a desaparecer de nuestro paisaje. Con dicha desaparición también se irán: los vehículos pesados que transitan por nuestro barrio con total impunidad; los vehículos que transportan mercancías tóxicas, inflamables o explosivas que, pese a la tácita prohibición de las normativas europeas, aún continúan sembrando nuestra geografía de un peligro absurdo y mortal; los turismos que saltándose alegremente las limitaciones de velocidad transitan por esta aciaga vía a muchos kilómetros por encima de dichas limitaciones.

Igualmente desaparecerá la insoportable contaminación, tanto acústica como ambiental, que el tránsito de 60.000 vehículos diarios escupe sin reparar en las consecuencias que los 17.000 vecinos de este humilde barrio tenemos que soportar.

Por fin, Bellavista no va a estar separado por un muro tan vergonzante, como el que materialmente nos ha estado dividiendo durante casi cinco décadas y más durante estos últimos 12 años. Mientras que gran parte de Sevilla se modernizaba con la llegada de la Expo del 92, a Bellavista nos cayó un muro de hormigón que nos separó definitivamente.

Por fin desaparecerán los pasos elevados para atravesar la carretera. Infernal castigo para mayores, enfermos y niños, que en días de lluvia deben llegar al colegio empapados.

Por fin se erradicará esa amenaza constante que ha causado más de 100 víctimas mortales, la mayoría vecinos del barrio, y que tantos días de tragedia nos ha hecho sufrir.

Con sólo una de las razones que hemos esgrimido, sería más que suficiente para que Bellavista se sienta tan contento y agradecido. Pero son tantas y tan importantes, que todos los lectores y políticos que lean esta carta entenderán el grado sumo de felicidad de nuestro vecindario.

Ahora, lo que estamos es impacientes por contemplar esos cuatro carriles para la circulación rodada, como una avenida más de Sevilla. Con sus cuatro rotondas, sus 12 puntos semafóricos, su amplia mediana y su carril-bici. Y, sobre todo, la cicatrización definitiva de aquella herida que tanta sangre ha vertido, uniendo por fin lo que la sinrazón dividió de una forma tan caprichosa como dramática.

Nuestro sueño se ha hecho posible. Este evento es tan importante para los 17.000 habitantes del barrio que, desde esta carta, quisiéramos hacer ver a los responsables de la ejecución del proyecto que el día de su inauguración deberían estar representadas las más altas instancias estatales para, de esa forma, compartir con el vecindario el magnífico logro conseguido.