Una profesión de cine

"Ésta es una profesión sin glamour". El director de la Escuela de Cine de Puerto Real (Cádiz), el primer centro público de formación cinematográfica en Andalucía, José Manuel Tenorio, deja claro cada año a sus alumnos que el séptimo arte, como en las grandes películas expresionistas, tiene sus luces y sus sombras. Su lado hermoso, el de cumplir en muchos casos una vocación heredada de tardes y noches de sesión doble; y su parte más dura, la del empezar desde abajo para poder asomar la cabeza en una estructura "demasiado jerarquizada". El curso, que acaba de comenzar, formará a la tercera promoción de una cantera de futuros cineastas andaluces llena de proyectos e ilusiones.

La escuela nació en 2001. Se sustenta con el respaldo del Ayuntamiento de Puerto Real y con ayudas puntuales pero "muy importantes", según el director, de la Junta y de la Diputación. Su principio básico es que la proyección audiovisual es un yacimiento de empleo todavía por explotar en la zona. Con la inserción laboral como bandera, la teniente de alcalde de Fomento y Formación, Lourdes Gaviño, defiende el centro educativo como un "proyecto estrella". Por sus instalaciones, han pasado ya unos 200 alumnos, entre los monográficos especializados y su principal oferta, el curso Introducción general al cine, que cuenta este año con 25 alumnos.

Uno de los atractivos de la escuela es la práctica final: rodar un corto con cámara de 35 milímetros. Antes, los alumnos han tenido la oportunidad de compartir clases de lenguaje audiovisual, producción, fotografía o guión. Después, pueden elegir entre dos bloques, uno enfocado a la dirección y otro a aspectos más técnicos. Previamente al rodaje final, se convoca entre los estudiantes un concurso de guiones. La historia ganadora será la que se ruede.

Juan Pablo Vera, de 23 años, alumno en la primera promoción, dirigió Destino. "He aprendido que hacer cine no es un sueño inalcanzable", asegura mientras defiende que tiene los pies en la tierra. Tiene esperanzas puestas en la conversión de Cádiz en un enorme plató de cine al aire libre, que atraiga a las grandes productoras.

Los responsables de la escuela han iniciado el curso mirando al futuro, pensando en reforzar la oferta actual con nuevas especialidades y en mejorar sus instalaciones para que pueda servir de plató. "Queremos consolidarnos para servir de nexo con la industria", defiende Tenorio.

Los alumnos recuerdan la oportunidad perdida en Cádiz con el rodaje de Muere otro día, la última cinta de James Bond, que tuvo como exteriores algunas localizaciones gaditanas. "Tuvieron que traer a gente de Madrid", lamenta Juan Pablo Vera. "Para las productoras es mucho más barato contar con mano de obra de la zona porque no hay desplazamientos y conocen mejor las localizaciones", añade.

El director quiere transmitir realismo a los estudiantes: "Esto no es Operación triunfo, la Escuela de Cine de Puerto Real no es una fábrica de sueños sino de puestos de trabajo".