Un hotel histórico en crisis
El Don Miguel de Marbella, uno de los más emblemáticos de la Costa del Sol, ha parado el negocio y está al borde del cierre
"Entre los hoteles de Marbella el Don Miguel tiene un encanto especial", reza en Internet la publicidad de este emblemático establecimiento, situado al pie de la montaña y rodeado de hermosos jardines. Si bien no ha sido el más lujoso de los hoteles del municipio malagueño, sí fue uno de los pioneros en la introducción del turismo familiar de centro Europa en la Costa del Sol, de la mano del Club Med.
Veintidós años después de su apertura la propiedad ha parado las ventas y estudia su cierre "ante la gravedad e inviabilidad" de su situación. Sus 240 trabajadores denuncian, sin embargo, que lo que pretende la empresa es especular con los terrenos en los que se alza el edificio.
La crisis del Don Miguel se inició en febrero pasado. La propietaria Rowasblu S.A. presentó un expediente de extinción de empleo por causas económicas, que llevó aparejado la movilización de los trabajadores. En marzo empresa y sindicatos llegaban a un acuerdo para zanjar el conflicto. Se estableció un plan de viabilidad para reflotar el hotel, que incluía la renovación de las instalaciones, el saneamiento económico, la congelación de salarios durante dos años y el despido de 40 trabajadores. Siete meses después el futuro del hotel parece cada vez más negro.
En pie de guerra
La administradora única del Don Miguel, Bettina Götzenberger, envió el 6 de octubre una circular a la plantilla en la que le comunicaba la decisión de parar las ventas y desviar a los clientes a otros hoteles. "La junta de accionistas habrá de determinar si el cierre será definitivo o no", añadía Götzenberger. La misiva ha puesto en pie de guerra a los trabajadores, que han protagonizado protestas en uno de los hoteles, el Atalaya, que han recibido a la clientela desviada. "No tenemos nada que ver con los propietarios del Don Miguel", insistía ayer su director, Carlos de Hohenlohe.
La plantilla afirma que detrás de todo existe una operación para "recalificar" los 70.000 metros cuadrados de la finca, situada a cinco minutos del centro urbano, en la ladera de La Concha y desde la que se divisa en días claros el Estrecho. "Son inversores especuladores. Están dejando morir el hotel para dar el pelotazo del siglo", asegura Gonzalo Fuentes, secretario provincial de Hostelería, Comercio y Turismo de CCOO. Fuentes apunta que Ruwasblu S.A. no solo ha incumplido el plan de viabilidad sino que además adeuda tres meses a la plantilla. El sindicato ha interpuesto una denuncia ante la delegación provincial de Turismo.
Además, alrededor de 400 personas se manifestaron el jueves por las calles de Marbella, para pedir a la alcaldesa, Marisol Yagüe, que mantenga el uso hotelero de la parcela en el futuro Plan General de Ordenación Urbana, una medida que el equipo de gobierno se ha comprometido a incluir en el próximo pleno.
Según Fuentes el Don Miguel "es el hotel más grande de Marbella". El establecimiento cuenta con 502 habitaciones; 2 campos de golf; 28 salas de conferencias (una de ellas para 1.500 personas) y está rodeado de 70.000 metros cuadrados de jardines subtropicales. "Cuando se hizo no suponía tanto, pero ahora vale una fortuna", señala Fuentes. Explica que han solicitado una reunión la próxima semana con el delegado de Obras Públicas, Francisco Povedano, para pedir a la Junta que no se recalifiquen los terrenos, y van a trasladar un informe a la Inspección de Trabajo para que declare ilegal el cierre. "Si se cierra se cierra parte de la ciudad", afirma rotundo.
El Don Miguel parece ahora un hotel fantasma. Ya no hay clientes. El único movimiento que se observa es el de los trabajadores que siguen velando y cuidando de que las instalaciones se mantengan limpias a la espera de tiempos mejores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.