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Reportaje:

La futura buena salud de Philips

La multinacional holandesa reporta sus mayores beneficios desde el año 2000

Isabel Ferrer

A pesar del estancamiento en las ventas de semiconductores previsto para el cuarto trimestre de 2004, Philips vuelve a respirar. La multinacional holandesa acaba de reportar sus mayores beneficios desde finales de 2000, con un tercer trimestre del año en curso marcado por un resultado neto de 1.170 millones de euros frente a los 124 millones de igual periodo del año anterior. No es el único dato positivo del balance trimestral. Los ingresos de la multinacional holandesa crecieron un 3,4% entre junio y septiembre hasta alcanzar 7.230 millones de euros. Hace un año sumaba en esta rúbrica solamente 6. 990 millones. ¿Qué ha ocurrido para que Gerard Kleisterlee, presidente ejecutivo de la compañía, admita que estarían muy satisfechos si no fuera por el estacnamiento sufrido en las ventas de semiconductores (chips) y, sobre todo, en las de la electrónica para el consumo?

La multinacional apuesta por productos electrónicos aplicados a la sanidad en detrimento de los artículos dedicados al consumo familiar

Philips lleva un quinquenio sorteando baches y saneando sus negocios. Es el mayor fabricante mundial de equipos de iluminación y el tercero de equipamiento para hospitales. Sus cifras han pasado de las ganancias abultadas a las pérdidas más abrumadoras. A lo largo de los últimos años, se ha aludido a un mismo problema, lo difícil que resulta mantenerse a flote en el concurrido mercado de los televisores y los aparatos de DVD. Ahora ha vuelto a ocurrir. Según Kleisterlee, los márgenes de beneficio de ese sector seguirán sometidos a una gran presión en el cuarto trimestre del año, una fatalidad que servirá para acelerar el denominado Programa de Renovación de Negocio y la búsqueda de nuevas formas de contener las pérdidas.

A Philips le resulta imposible competir con la aparición en las tiendas de reproductores de DVD a 50 euros, sin marca y de dudosa calidad fabricados posiblemente en China por poco dinero. Son aparatos que se estropean pronto pero merman las ganancias de los grandes fabricantes. Por no hablar de antiguos colegas expertos en ordenadores, como HP, Dell o Appel, transformados en competidores directos al inundar el mercado con televisores de pantalla plana, entre otras creaciones. Aunque en los últimos cinco años Philips ha reducido costes sin cesar y ha traspasado más de la tercera parte de la fabricación de televisores, vídeos y DVD a firmas especializadas -la última en Polonia la semana pasada- sigue sin salir a flote del todo en este apartado.

Otras compañías, como la francesa Thomson, han preferido vender este departamento, en su caso a la china Tcl, y dedicarse a la electrónica para las cadenas profesionales de radio y televisión. Los holandeses se han quedado como los únicos grandes productores europeos de electrónica para el consumo y no quieren ser tan radicales, pero saben que la luz que guía su negocio brilla ya por otro lado.

Se trata de productos destinados a uso médico que, en los próximos cinco años, deberían comandar un volumen de negocios de 10.000 millones de euros, contra los 6.000 millones actuales. El ascenso en apariencia imparable de la electrónica de la medicina y la salud vienen avalado por el propio Kleisterlee.

Productos sanitarios

Al aventurar el futuro de Philips en un programa educativo de televisión, su gran capitán actual señaló el envejecimiento de la población y sus necesidades como una realidad que llevará a firmas como la suya, la industria farmacéutica y la alimentaría a colaborar. Mientras ello sucede, Philips ha abierto una nueva sección dedicada al desarrollo de productos electrónicos sanitarios adaptados al consumidor. Entre los que ya están pensados aparece uno para los problemas de fibrilación del corazón de uso doméstico.

Hasta que la multinacional holandesa se transforme en la compañía especializada en el cuidado electrónico de la salud que propugna, sus últimos beneficios operativos no han sido desdeñables. De nuevo en el tercer trimestre del año, sumaron 1.019 millones de euros frente a las pérdidas de 126 millones de euros del mismo periodo de 2003. "Un resultado sólido como hacía tiempo que no se lograba", según la multinacional, que espera convertir pronto la salud en un asunto cercano y asequible para el consumidor.

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