Cuando la idea digital es imagen

Ahora nace una galería que era necesaria en España y que ha cubierto una laguna en las áreas más diversas de la fotografía digital: lo ha hecho tanto en la técnica como en la estética del medio. Lo hace en un espacio de tan amplia demanda como lo es el del universo de lo digital. Se trata de la DS Gallery (info@ds-gallery.com; www.ds-galery.com), que nace con la voluntad de "contribuir a la definición del territorio en expansión de la fotografía digital en su uso artístico". Estamos en los años de la foto registrada a través de un medio que cubre un amplio abanico de captación de imágenes; que abarca desde la más elemental que se hace con un teléfono móvil o con una simple cámara que opera mediante esta tecnología en la periferia de un ordenador, hasta los más sofisticados sistemas de infinitas aplicaciones.

Vivimos los años de la difusión monotemática de la foto realizada mediante el universo de lo digital en cualquiera de sus opciones -para fines domésticos, documentales o simplemente para el desarrollo propio de las trazas de un testigo de cargo de lo que ocurre en el mundo-. Lo cierto es que sus funciones son sumamente versátiles. Desde el registro básico que se hace con una primera toma (como si de una instantánea convencional se tratara), como el de sus infinitas posibilidades derivadas del mestizaje que se pueden hacer con la foto analógica (la convencional, aquella de "toda la vida"), hasta llegar al proceso de su posproducción, que cubre todas las travesuras posibles fabricadas por los dobletes de la interpolación, que no es sino una suerte de clonación visual que hace una auténtica cirugía estética de la imagen de partida transformándola en un producto nuevo.

Es el epígono de la lenta muerte de la fotografía tradicional. Como evidencia nos sirve una visión de la instantánea callejera pletórica de aparatos de esta naturaleza, expuestos en escaparates y vitrinas, y definitivamente lo será la futura estadística mercantil de ventas para regalos de las próximas navidades.

En un interesante texto del profesor Manuel Laguillo y del fotógrafo Mariano Zuzunaga, quien inaugura este espacio expositivo de DS Gallery con una muestra titulada De la A a la D y de la D a la A, se plantea una sabia pregunta, cuya solución no está en el viento sino en los protocolos del mercado: "Si la fotografía analógica (FA) ya era de por sí misteriosa y enigmática -los científicos siguen sin saber qué le ocurre a la plata tras haber sido expuesta a la luz, y esconden tras la expresión de una imagen latente su ignorancia-, aún lo es más en el territorio de la fotografía digital (FD)". Quizá la respuesta es que la imagen hace a la realidad y la realidad hace a la imagen: "Estamos ante el juego de los espejos frente a frente que fascinó a los barrocos", explican los autores.

Zuzunaga es el caso típico de un converso a este sistema de captación de imágenes con cuya obra inicia su andadura esta galería. Es una muestra del excelente tránsito de Mariano Zuzunaga (Lima, 1953) que pasa la frontera, con gran precisión, de lo analógico de siempre a lo digital de ahora. Es un autor que inició su carrera con una producción sobre la obra de Alexander Calder -él es también músico y licenciado en historia por la Universidad de Barcelona-. El caso es que después de haber realizado una precisa obra analógica ha sabido transportarla sabiamente -y conceptualmente- al terreno de lo digital. Se trata de la colección Contemporal, una producción singular de esta forma de generar imágenes. De ella dice: "Desde ahora en adelante con los ceros y los unos estamos instalados para siempre en el principio. La idea digital es una imagen".